LAS PENAS y ALEGRÍAS DEL MEDIO AMBIENTE, sus políticas y sus políticos.

martes, 1 de mayo de 2012


PESCA Y MEDIO AMBIENTE
Privatizar los peces


Cuando tecleo estas palabras, el Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea reunido en Luxemburgo ha terminado de debatir un tema trascendente para el futuro de los mares europeos: la implantación de los Derechos Individuales y Transferibles de Pesca. En otras palabras, ha debatido la privatización de los peces del mar, como si fueran acciones de Iberia o de Telefónica. La idea forma parte de la reforma de la Política Pesquera Común (PPC), fracasada en los últimos 30 años a no haber sabido, o querido, evitar el agotamiento del mar.

Hoy, el 82% de los stocks de productos marinos comerciales del Mediterráneo, y el 63% de los del Atlántico, están en situación de sobrexplotación. A pesar de haber gastado una fortuna (2.730 millones de euros entre 1994 y 2004) para desguazar buques europeos de pesca sobrantes, la capacidad de pescar ha venido subiendo un 3% cada año. Destruir barcos para luego remplazarlos por modernas unidades dotadas de tecnologías avanzadas es una contradicción. Pero las contradicciones están por todas partes, incluso en Bruselas.

Proporción de stocks de especies comerciales sobre explotadas o fuera de los límites biológicos (en rojo)
 y dentro de los límites (en verde). Se observa que en las aguas que rodean a España predominan los stocks
en estado de sobre explotación. Desde 2008, fecha del gráfico, las cosas han ido a peor. Fuente Eurostad. 

La actual privatización consiste en otorgar, a cada armador de una embarcación de más de 12 metros de eslora, una cuota personal de pesca durante 15 años para que siga pescando en su caladero habitual los kilos de cada especie que se le concedan. Cuota o concesión que puede alquilar o vender a otro. En resumidas cuentas, la Unión Europea arroja la toalla y deja la gestión de los recursos vivos del mar en manos de los mercados. Dinamarca adoptó este sistema en 2003, lo que condujo a que su flota y número de pescadores se redujera a la mitad.

España desea que la medida se aplique al conjunto de las aguas comunitarias, de forma que un armador español pueda comprar los derechos de pesca de un colega británico, francés o irlandés. Y también viceversa. Francia protesta y se opone a este método, al temer que sus pescadores vendan derechos y los recursos caigan en manos extranjeras. Peor: temen que el esfuerzo pesquero, ahora repartido entre muchos pequeños buques, se concentre en pocos y grandes buques, con pérdida de empleo y ruina de las comunidades del litoral. Sería la muerte de su pesca artesanal, algo que ninguna nación desea porque forma parte del patrimonio cultural.

Si el proceso privatizador funciona como en Dinamarca, en España
se perderán unos 15.000 empleos directos y la flota artesanal se reducirá a la mitad. La amenaza
es tan real, que el propio Fondo Europeo Marítimo y de Pesca incrementa las ayudas para la diversificación
 económica de los pescadores y para conservar la cultura y el patrimonio pesquero

Desde remota antigüedad, los seres vivos del mar pertenecieron al rey. Eran los peces de la Corona… ¿Por qué? Por la sencilla razón de que las aguas formaban parte de la “soberanía” de la nación, y la soberanía recaía en el rey. Después de la Revolución Francesa de 1789, la soberanía nacional recayó en el pueblo, y los peces fueron un "bien común" de toda la sociedad. Ahora, en estos tiempos de neoliberalismo y capitalismo sin complejos, la soberanía ha pasado del pueblo a los mercados (que  organizan gobiernos y dictan políticas) y su doctrina exige la privatización de todo, incluidos los rapes y las anchoas.

¿Invertirán las empresas privadas en investigación pesquera? ¿Seguirán los propietarios de cuotas el consejo de los científicos? ¿Se traerán a tierra todos los peces, o bien se cubrirán las cuotas con bichos grandes y de buen precio, tirando al mar lo que no interese? ¿Ayuda la privatización a eliminar o a estimular los descartes? ¿Qué será de los pescadores deportivos? ¿Serán expulsados del mar por los propietarios de los derechos y de los peces? ¿Quién vigilará la pesca? ¿Policía privada marítima? ¿Buscarán los propietarios el máximo beneficio y, una vez agotada una cuota, comprarán otra practicando el sistema de “tierra/agua quemada”?

Un modelo ambiental y un concepto de los recursos naturales vivos terminan. Comienza otra que no sabemos dónde nos conducirá. Se terminaron los peces subvencionados y tendremos que deglutir Panga repugnante o aflojar la cartera para olfatear una rodaja de merluza. Es el cambio más radical que ha experimentado la pesca marítima desde que el hombre se lanzó al mar en busca de sustento.

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