LAS PENAS y ALEGRÍAS DEL MEDIO AMBIENTE, sus políticas y sus políticos.

viernes, 25 de enero de 2013


MAQUILLAJE  PERVERSO
El exfoliante destructor



Queridídimas amigas. Una vez a la semana debéis aplicaros una capita de crema exfoliante, de  buena marca, desde luego. La extendéis por todo el cutis con un suave masaje. La crema desprende y arrastra las células muertas confiriendo a nuestra piel brillo y resplandor renovados. También, queridas amigas, debéis pensar en vuestros maridos, novios y compañeros, que deben cuidarse y emplear exfoliantes masculinos para conservar ese aire dinámico y joven que tanto os gusta. No olvidéis que no hay nada tan espantoso que mostrar dientes amarillentos en vuestra sonrisa. Para combatirlo, hay que cepillarse los dientes varias veces al día con una pasta dental blanqueadora con efecto ligeramente abrasivo.

Desde la antigüedad, las mujeres se han frotado la piel con piedra pómez, sal marina, arena fina o paños algo rugosos y enjabonados.  El cutis quedaba pelado y escocido, pero se aguantaba estoicamente porque la piel rejuvenecía. Como tratamiento exfoliante intenso, se usaban mascarillas de ácidos abrasivos (peeling) como el glicólico, el salicílico, el láctico o el cítrico (frutas). Más  violento y radical, desde finales del siglo XX se usa el rayo láser que actúa como el soplete de un fontanero y se lleva por delante hasta las manchas, causando quemaduras que las bellas mujeres soportan con una gran sonrisa.


La "nanotecnología" ha permitido crear estas
diminutas bolitas de plástico usadas como exfoliantes de belleza

Desde hace unos años, los infatigables laboratorios de cosméticos han dado con un abrasivo nuevo: los microgranos (microbeads) inferiores a 1 milímetro de diámetro y hechos con Polietileno (PE), Polipropileno (PP), Polietileno Tereftalato (PET) o Polietilmetacrilato (PMMA). Las diminutas bolitas de plástico, incorporadas a una crema hidratante, se frotan contra la piel y hacen efecto de arrastre desprendiendo las células muertas. Una vez cumplida su misión, esas bolitas se van por los desagües tan ricamente, y aquí paz y después gloria (el cutis como culito de bebé).


Durante años, la presencia de micropartículas de plástico
en cremas exfoliantes no ha sido publicitada por las marcas.
No obstante, su acción puramente mecánica es siempre preferible a
la agresión química de exfoliantes enérgicos. Pero el problema no estaba
en la piel, sino en el océano.

Lo malo es que trillones de microgranos corretean por las alcantarillas, atraviesan la estaciones de depuración (EDAR) sin saludar, navegan por los ríos y llegan al mar donde perduran por años. Allí son ingeridos por toda clase de especies marinas, como mejillones filtradores y pequeños peces que piensan que engullen rico plancton. El plástico se acumula en sus aparatos digestivos, los bloquea y los mata. Los pequeños peces son devorados por peces más grandes que van también acumulando los exfoliantes de las bellas damas y de los coquetos caballeros.

La ONG holandesa De Nordzee  (El Mar del Norte) ha analizado, junto con otras organizaciones ambientalistas y científicas, muestras de peces en aguas del Mar del Norte y del Canal de La Mancha. El resultado es que 1 de cada 3 peces contenía residuos plásticos en sus vísceras, especialmente “rayón” (fibra sintética de nuestra ropa), partículas de botellas de polietileno y los microgranos de la cosmética.  La contaminación empieza a ser masiva e imparable, ya que docenas de marcas siguen añadiendo los granitos en sus formulaciones de abrasivos y exfoliantes.


Otra manera de difundir en la naturaleza plásticos que
matan a peces y aves: la imbecilidad de tapizarse las uñas de bolitas

Esta misma organización desató una campaña europea contra el empleo de esta estúpida e innecesaria amenaza para los ecosistemas marinos. La lista de empresas y productos que usan los microbeads es larga. Desde Beiersdorf (Nivea) hasta Estèe Lauder (Clinique), pasando por L´Orèal (Biotherm, Vichy), Avene, Procter & Gamble (Clearasil), Keyline, Ada, Bourjois, Johnson & Johnson (Neutrogena), Colgate Palmolive o Yves Rocher. Los meten en cremas de cara, gel de baño, jabones y champús. También se emplean en pasta de dientes blanqueadora, como hace GlaxoSmithKline en su marca Sensodyne, así como Colgate con el Max White. Todas ellas firmas de altos vuelos y que se llenan la boca de glamour y prestigio.


Mensaje de la campaña contra la Sopa de Plásticos que ahoga el océano.

La reacción es lenta, pero empieza a dar resultado. Este pasado mes de enero, la firma Unilever ha tomado la decisión de erradicar los microgranos de sus productos estrella, como “Dove”. Pretende poner fin a esta práctica antes de 2015. Veremos si es seguido por otras empresas.

Para las Queridas amigas con escrúpulos ante la idea de expandir por los mares las bolitas plásticas asesinas, existen alternativas. De momento, es posible consultar los cosméticos que tienen microgranos, agrupados en  tres diferentes listas: verdes (sin plásticos), amarillos (con dudas) y rojos (repletos de microbeads).

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