LAS PENAS y ALEGRÍAS DEL MEDIO AMBIENTE, sus políticas y sus políticos.

martes, 10 de junio de 2014

ABISMO PETROLERO
Nos empujan hasta el borde


Segunda ola de calor en el Reino de España y en Europa. El viernes 14 de junio, en Extremadura, en el valle del Guadalquivir y en el valle del Ebro se alcanzarán y superarán los 35ºC. En Francia se ha declarado la alerta naranja en 17 Departamentos, con la región de Alsacia puesta a cocer a 37ºC. Los suizos van con la lengua fuera y Zurich registraba hoy 31ºC. 

En Berlín y en Milán la temperatura es ya de 35ºC y 34ºC, respectivamente. En Verona, Romeo y Julieta empapan la camiseta bajo los 38ºC anunciados para hoy. En realidad, estas olas de calor son de lo más habituales. Porque lo habitual, según dicen algunos memos, es que a mediados del mes de junio haga más calor que en julio y en agosto.

Sudaremos y nos deshidrataremos a conciencia, pero seguiremos contando con el bendito petróleo y con el sagrado gas de fracking para mantener el tenderete en pie y a los lobbies bien engrasados. Hace un par de años, la industria petrolera y sus asociados (gas de fracking, petróleo de pizarras bituminosas), unidos a sus políticos asalariados, nos habían dibujado un mundo de ensueño. A partir del año 2020, los Estados Unidos reemplazarían a Arabia Saudita en el papel de suministrar al universo un torrente de petróleo y una catarata incontenible de gas de fracking a precios de risa. El mundo estaba a salvo... ¡Uff!


Fuerteventura (Canarias) Playa de Mal Nombre

La alegría por el estupendo calor que hoy nos proporciona el abundante petróleo y sus derivados se desinfla al leer las últimas previsiones emitidas por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) hace dos días. Al parecer, las cosas son muy diferentes. En el año 2020, Estados Unidos no estará en condiciones de exportar combustibles fósiles a nadie porque sus más ricos yacimientos de gas de fracking (Shale gas), el Bakken (Dakota del Norte) y el Eagle Ford (Texas) entrarán en declive acelerado. El 60% del resto del gas existente en la nación es inviable a causa de su dispersión, su pobreza y los costes inasumibles para extraerlo.

Según la AIE, las cuentas "guarras" del petróleo están levantando insoportables dolores de cabeza. Desde el año 2006, los yacimientos convencionales están bajando la producción por su paulatino agotamiento. En los últimos 14 años, desde el 2000, la industria petrolera ha aumentado sus inversiones un 180%, para poder aumentar la producción un triste 14%. Si las gasolineras quieren disponer de combustible en los próximos años será necesario invertir cifras de vértigo.

Los técnicos de la AIE estiman que se precisan unos 48 billones de dólares (35.000.000.000.000 de euros) para únicamente “mantener” la producción de petróleo a los niveles actuales, arañando la tierra en busca de crudo bajo los abismos marinos o bajo la Antártida. Eso representa el gasto de 850.000 millones de dólares al año, lo que hará crecer el precio del barril de crudo por encima de los 120 dólares provocando un cataclismo económico. Unos dineros que sobrarían para generar el 100% de la energía eléctrica que necesitamos mediante fuentes renovables.


Formentera (Baleares) Playa de Espalmador

Para oscurecer un poco más el negro horizonte, los países englobados en la OPEP necesitan restringir sus exportaciones de crudo para atender a la creciente demanda interna, antes de que les explote una insurrección sangrienta entre las piernas. Además, la llamada “primavera árabe” ha asustado a los regimenes feudales de Oriente Medio, que están destinando unos 800.000 millones de dólares anuales de sus presupuestos para subvencionar el precio del petróleo. A partir de ahora, deberán desviar parte de ese dinero para aliviar las necesidades sociales de una población con ganas de liarse a bofetadas. Los precios subirán.

En el Reino de España, eso de la AIE y sus cosas, tan lejanas e incomprensibles, son cantos de sirena. Con las energías limpias y renovables sancionadas y declaradas apestadas, lo más audaz que inventan nuestras clases dirigentes es organizar campañas de sondeos en aguas de Baleares y de Canarias en busca de petróleo. Lo importante es que las astronómicas inversiones en energía sucia se aceleren para llenar los bolsillos de los de siempre. Al fin y al cabo, invertir en esa aberración del sol y del viento es muy, pero que muy mal negocio porque es una energía que sale gratis y es eterna. Lo dicho: un mal negocio.

Además, como aseguran los estúpidos, si instalamos demasiados aerogeneradores la fuerza de sus aspas actuarán como las hélices de los aeroplanos y propulsarán a la Tierra hasta sacarla fuera de su órbita. Y si colocamos demasiados paneles fotovoltáicos coceremos la Tierra y nos saldrán forúnculos en el culo a todos (con perdón). 

domingo, 1 de junio de 2014

CRECIMIENTO
Hasta el infinito y más allá




Nos informan que las autoridades ambientales del Reino de España han dado su visto bueno a la petrolera REPSOL para que busque crudo en aguas de las Islas Canarias. Solo faltan un par de pequeños trámites para que las plataformas envíen hasta el fondo del mar sus brocas perforantes es busca del petróleo. Trepanarán hasta donde sea necesario (tienen la tecnología para ello) en busca de una nueva excusa para que este sistema económico crezca sin pausa.

De nada sirven manifestaciones de ciudadanos preocupados por una eventual contaminación de las costas canarias y la amenaza de que sufra la primera industria de las islas, el turismo. Poca importancia tiene que el 80% del área de prospección estuviera designada como LIC (Lugar de Interés Comunitario) por los científicos españoles. Las autoridades regionales de las Islas Canarias abominan en público de este proyecto, pero ofrecen a los buscadores de petróleo sus puertos y la imprescindible logística, no sea que el negocio del avituallamiento se lo lleve el vecino Reino de Marruecos.

Para su propósito, los petroleros muestran a los políticos supuestos informes técnicos pergeñados por empresas privadas y avalados por “consultoras” de gran calidad. Las mismas “consultoras” y “auditoras” que fueron incapaces de prevenir y conjurar la brutal crisis del sistema financiero que hoy nos aplasta. Los técnicos calculan, estiman, valoran, imaginan y hasta elucubran con 2.000 millones de barriles de petróleo al año en Canarias. Podían haber anunciado 6.000 millones o 15.000 millones, como en Monterey (California) que luego quedaron en 600 millones. Puede que al final se queden en 36.000 sencillos barriles al año., como en los yacimientos de Ayoluengo (Burgos). Pero no deja de ser algo maravilloso para el crecimiento del PIB del Reino

El pasado 20 de mayo, el gobierno de la República del Ecuador aceptó finalmente que la empresa Petroamazonas perfore en el corazón del Parque Nacional de Yatsuni, en plena Amazonia. La empresa petrolera, con un abultado historial de vertidos salvajes contaminantes, se instala en un lugar donde una sola hectárea de bosque atesora más diversidad de especies vivas que todo América del Norte. En el Parque Nacional de Virunga, en el Congo, una petrolera británica se prepara para expulsar a los últimos gorilas de espalda plateada y buscar crudo.

En Burgos (Reino de España), una empresa británica de sondeos de gas de fracking envía, a través de un bufete de abogados aborigen, cartas amenazadoras a propietarios de tierras. Les conmina a vender sus terrenos a los gaseros antes de proceder a expropiaciones forzosas. Cuando se empieza por este camino el siguiente paso es romper las piernas de un vecino recalcitrante, a modo de advertencia y escarmiento, como suelen hacer las mafias.  

Desde que empezó a girar la primera máquina de vapor alimentada con carbón, la humanidad ha desarrollado el concepto “crecer”. Crecer, incrementar el PIB sin límites, si es posible por encima del 3% anual. Y todo  gracias a los combustibles fósiles. Porque han sido el carbón y sus hermanos, el petróleo y el gas metano, quienes han forjado el “progreso” de la humanidad. El comunismo, el fascismo y el capitalismo apenas han intervenido en este proceso, salvo para medrar a su sombra, enriquecer a sus dirigentes y aportar al sistema sus personales patologías y crímenes.

Canarias, Yatsuni, Virunga, Burgos…. las aguas profundas frente al Brasil, de Australia y del Ártico. Raspamos, escarbamos y taladramos en busca de la última molécula de carbono. Si es necesario, exprimimos las piedras para que suelten una mísera gota de aceite sucio y pesado. Allá donde se descubre un recurso, la humanidad vuela para extirparlo, quemarlo o dispersarlo integrado en millones de inútiles artefactos.

Buscaremos en la grieta más oculta de la Tierra hasta el último resto de petróleo. Si es necesario, envenenaremos el agua y el subsuelo para romper la roca madre y aspirar las diminutas burbujas del gas de fracking. Destrozaremos los territorios y los paisajes hasta que los terribles efectos se hagan visibles desde el espacio.

Pero todo será inútil. Los buscadores no pretenden satisfacer la sed insaciable de carbono de este estúpido mundo, sino mantener la carestía en una estudiada tensión y fomentar la necesidad de energías sucias que les hará aún más ricos. Miles de millones de euros, dólares y rublos se enterrarán en aventuras petroleras sin salida, arrinconando a las mujeres y hombres del siglo XXI al borde del precipicio. Buscar más combustibles fósiles y, al mismo tiempo, hacer lo imposible por entorpecer las energías limpias, gratuitas y sin fin: es el propósito y la misión.

Hace 10.000 años, según se dice, el ser humano se hizo sedentario y empezó a cultivar la tierra. Toda la historia de la civilización humana, acaecida desde la última glaciación, ha vivido en “este” planeta. Las montañas, ríos, playas y ensenadas que hoy identificamos y nombramos estaban en el mismo lugar que hoy en tiempos del faraón Amenotep, del persa Darío y de Jesucristo. Pero nosotros, con nuestra sociedad del crecimiento sin límites del PIB y del carbono sucio, estamos empezando a borrar la memoria de la Humanidad desdibujando, emborronando los mapas.

Dentro de un siglo, las formas y contornos de los continentes habrán cambiado, invadidos por el océano y arrasados por la brutal minería sin prejucios. Las siembras y cosechas que practicaban los etruscos hace tres mil años no tendrán sentido porque el clima será otro. Regiones ahora inhóspitas serán fértiles y miles de millones abandonarán la tierra de sus antepasados para siempre. Miles de especies de animales y plantas no estarán ya con nosotros en este viaje común , salvo disecados o en frascos de formol.

Hace apenas unas horas, ha llegado al puerto de Bilbao (Reino de España) un buque tanque cargado con bidones del crudo sucio de Canadá. Es el primer envío. Su destino es la refinería Petronor (Repsol). Procede de los yacimientos de pizarras bituminosas de Alberta y es un petróleo tan pesado y cargado de mierda que pocas refinerías lo aceptan en sus procesos. Sin embargo, Repsol está preparada para tratar este veneno porque es una corporación que se adelanta al futuro más negro. De hecho, forma parte de él y ayuda a crearlo. Seguramente, los políticos y patriotas del Reino de España sonríen ilusionados ante la idea de que sea nuestro país el que se encargue de refinar la basura canadiense para alimentar a toda Europa.  

En la historia que estamos escribiendo habrá mucho dolor. No tengo nietos. Pero si algún día puedo disfrutar de ese privilegio no me cansaré de pedirles perdón cada día por haber destruido su mundo. 

lunes, 14 de abril de 2014

NEOLIBERALES LIBERADOS
Reguladores desregulados


Las entradas publicadas en “Naturaleza en vena”  tienen vocación ambiental y no deberían desbordar este ámbito. Sin embargo, el conflicto surge cuando la protección del medio ambiente y contener el cambio climático se entrelazan con asuntos sociales, económicos y políticos. La intromisión del medio ambiente y la catástrofe del clima en todos los campos es lógica, teniendo en cuenta que estamos ante un reto global y transversal.

Valga esta justificación para abordar las relaciones entre las políticas neoliberales que imperan hoy día en el mundo (y en el Reino de España) y sus relaciones con el entorno. De entrada, recordemos que el neoliberalismo es el paradigma del capitalismo puro. Sus más enconados defensores detestan la intromisión del Estado en asuntos de economía, aunque sea para proteger a la naturaleza, a los más pobres o a la democracia. Lo importante, dicen ellos desde los tiempos de Tatcher y de Reagan, es “desregular”.

Privatizar, desnudar de competencias al Estado y sus instituciones, controlar los bienes comunes (educación, sanidad, seguridad, energía, crédito, grandes infraestructuras,…), apartar o reducir el papel del Estado y sus mecanismos de defensa de los más débiles y del interés general,  son demandas permanentes del neoliberalismo. Gracias a la "desregulación", aseguran, se lograría mejor gestión, máxima eficacia y esa filosofía consistente en enriquecer enloquecidamente a una pequeña élite para que los sobrantes, las migajas de su riqueza, resbalen, escurran de entre los dedos de los poderosos y lleguen al resto de la sociedad.

Pero lo malo del neoliberalismo es… el propio neoliberalismo que abofetea a sus propios defensores. Desde hace un tiempo se está produciendo el sorprendente fenómeno de observar a empresarios y corporaciones industriales exigir al Estado más control y  regulación. La culpa de esta esquizofrenia la tiene el liberalismo económico que permite a los ciudadanos organizarse en sociedades cooperativas y de autoconsumo.

Después de las protestas y denuncias del sector del transporte por carretera contra Blablacar (compartir coche, compartiendo gastos de combustible), pidiendo una regulación,… Después de las protestas del sector energético contra los paneles fotovoltaicos en manos de los ciudadanos, exigiendo leyes coercitivas, llegan las protestas de la industria hotelera ante el crecimiento de la página web Airbnb. Los hoteleros piden al gobierno que regule este sistema social que ofrece cama y desayuno (Aire + Cama + Desayuno – Air, Bed aNd Breackfast) en casas particulares, compartiendo con el propietario gastos de energía o comunitarios, o bien totalmente gratis, a través de una página web.

Los empresarios españoles no dejarán nunca de sorprendernos. Durante décadas hicieron todas las trampas posibles, con la complicidad de los poderes públicos, para saltarse las regulaciones ambientales europeas hasta el punto de aupar al Reino a la cabeza de los estados miembros de la Unión Europea con más infracciones. Durante décadas han justificado sus vertidos y emisiones tóxicas, por la pérdida de puestos de trabajo que acarrearía cumplir con la regulación ambiental. Durante décadas han esgrimido la sagrada competitividad para dejar en la calle, o empobrecer, a millones de ciudadanos desregulando el mercado de trabajo. En las últimas dos décadas lograron desregular el uso del territorio, declarando urbanizable todo el país, desde los acantilados verticales y los espacios naturales protegidos hasta las playas. Conocemos las consecuencias de esas y de otras desregulaciones, como la financiera con sus activos tóxicos y sus “acciones preferentes”.

Ahora, esos mismos empresarios exigen regulación para detener iniciativas liberales ciudadanas. España resulta ser el tercer país del mundo donde más se usa Airbnb y es unos de los estados líderes europeos compartiendo coche. Los empresarios españoles deberían saber que el neoliberalismo puede ser muy indigesto si no se está preparado para asimilarlo en su plenitud.

Todos los sensores indican que la sociedad humana se encamina hacia una confrontación sin precedentes. El choque entre neoliberales desreguladores y la realidad de un clima catastrófico que exige severas regulaciones internacionales, para crear una economía baja en carbono, será una embestida de trenes. En el Parlamento Europeo, en la Comisión, los ciudadanos vamos a necesitar a representantes que entiendan la situación y sepan tomar las decisiones correctas. En mayo se celebran elecciones a ese Parlamento.

sábado, 12 de abril de 2014

CAMBIO CLIMÁTICO
Desinversión


La posibilidad de que sea imposible extraer y quemar todo el petróleo y el carbón existente en la Tierra, puede crear una negra burbuja. Tras el informe publicado por el IPCC hace un par de semanas (WG 2 – Yokohama), en el sentido de que no se podía seguir cargando la atmósfera con más CO2 sin causar una catástrofe incontrolada, la situación está evolucionando. En las últimas dos semanas han pasado cosas interesantes.

Primero fueron el Banco de Inglaterra y S&P, emitiendo un aviso sobre la posible “burbuja de carbono” que representa el disponer de reservas mundiales de carbón y petróleo que nunca deberían ser extraídas en su totalidad, lo que haría saltar por los aires el valor contable y las acciones de empresas petroleras y mineras. Luego llegó Exxon Mobil, informando que seguiría sacando el petróleo de sus reservas hasta la última gota, aunque el mundo se desmorone. La petrolera explicaba que lo haría para no frenar el crecimiento económico, sin precisar si se refería al suyo propio, al estadounidense o al de Madagascar.


Central termoeléctrica de carbón en Alemania.
El país más dependiente del carbón, junto con Polonia, es también el más
comprometido socialmente con la Transición energética   
 

Después aparecieron noventa grandes y medianas empresas de seis naciones, incluyendo a BT (British Telecom), Shell, Acciona, Unilever y EDF Energy, reclamando a los gobiernos medidas para no lanzar a la atmósfera más de un trillón de toneladas de carbono al año (1.000.000.000.000), cifra que se alcanzaría en 2040 si las cosas siguen igual (En 2012 se emitieron 545.000.000.000 toneladas). La procedencia de esas emisiones de carbono es: 21% al quemar gas natural, 35% al quemar derivados de petróleo, básicamente en el transporte, y el 44% al quemar carbón, fundamentalmente para generar electricidad (Agencia Internacional de la Energía).

Quizá respetando esta límitación sería posible no sobrepasar demasiado los +2º C de aumento de la temperatura media y evitar la catástrofe global. Ayer mismo reaparecían las bromas y payasadas de los clima – escépticos (Instituto Heartland – financiado por Koch Industries – petróleo, fertilizantes, química,…) asegurando que el cambio climático puede ser beneficioso para la humanidad porque a los guisantes y a otros vegetales les encanta el CO2.


Nueva planta eólica en Holanda
En 2014 se completará la planta de Noordoostpolder, compuesta de
48 aerogeneradores, con una potencia instalada de 144 MW

Ahora se refuerza la llamada “desinversión”. Organizaciones como 350.org invitan a que la ciudadanía se desprenda de sus ahorros e inversiones en empresas del sector de las energías fósiles. Que vendan sus acciones, que se deshagan de sus fondos de inversión si éstos incluyen intereses petroleros o “carboneros”, que busquen otros sectores donde colocar sus ahorros. El último en sumarse a esta iniciativa global ha sido la conservadora Universidad de Harvard (USA). Con unos fondos cifrados en 24 mil millones de euros, su consejo de gobierno anunciaba la renuncia a seguir invirtiendo en empresas que extraigan y comercien con carbono.

Se han estado riendo de nosotros durante décadas. Políticos embusteros y empresarios cínicos nos han abrumado con sus apocalípticos mensajes de caos y de hambre si la sociedad renunciaba al uso masivo del petróleo y el carbón. “¡Regresaremos a las cavernas!”, clamaban sus asalariados por los medios de comunicación y por las tertulias. Pero la realidad es muy otra.

Es sorprendentemente sencillo conseguir que el 100% de nuestra energía proceda de fuentes renovables. Para los equipos de investigación de la Universidad de Stanford (USA), se puede lograr que el 100% de la energía estadounidense sea de origen renovable en 2030. Para eso no es necesario un esfuerzo extraordinario en la economía mundial. Ese imposible esfuerzo siempre fue la cantinela de las petroleras y sus apéndices (gobiernos). Basta con abandonar las inauditas subvenciones gubernamentales a las energías sucias, cerrar el grifo de las gigantescas inversiones en energía nuclear y en nuevos yacimientos de petróleo, cada vez más caros de explotar, y dedicar el dinero a impulsar las energías hidráulica, eólica y fotovoltaica.


IKEA busca la autosuficiencia energética de sus almacenes cubriendo los techos con fotovoltaicos

No todas las empresas y multinacionales son iguales. IKEA, sin negar su objetivo comercial, sigue un camino diferente. En el año 2020, las 300 tiendas de la firma sueca repartidas por el planeta tendrán los techos cubiertos de paneles fotovoltaicos. IKEA opera 14 campos eólicos propios levantados en seis países y con la energía producida cubrirá el 100% de sus necesidades demostrando que una tienda barata de muebles y “menaje del hogar” puede tener mucha más cabeza que ministerios y consejos de administración.

El 55% del territorio federal de Alemania se ha marcado objetivos de autosuficiencia energética a medio plazo, recurriendo a fuentes eólicas y fotovoltaicas propias para desligarse (parcialmente) de las multinacionales eléctricas. De momento, el país germano dispone de 55 GW (Gigawatios) de potencia instalada procedente de fuentes renovables, mientras que el Reino Unido llega a 37 GW. En Kenia, más de la mitad de la población es autosuficiente en electricidad. Existen 3.000 ciudades y pueblos en “Transición” por todo el mundo, equipados de sus propios medios de generación eléctrica, familiares, municipales o asociativos. En países del centro de Europa, algunos ayuntamientos han decidido “municipalizar” el suministro de energía eléctrica para controlar los precios, combatir la penuria energética de los más pobres y exigir la generación limpia.

El Reino de España, con una geografía saturada de embalses y presas, con montañas y costas ventosas capaces de hacer girar aerogeneradores sin descanso, con el 80% del territorio donde el sol brilla incansable todo el año, con una absoluta dependencia energética exterior, solamente tiene 25 GW de potencia instalada de origen nacional renovable (20 GW de eólico, 4 GW de solar y menos de 1 GW de hidráulico). Estas cifras muestran la ineptitud de la clase política y empresarial españolas de la última década, incapaz de encaminar a la sociedad española hacia el futuro. Aún se puede hacer peor, ya que el Reino da pasos hacia atrás al insistir en las energías fósiles y el carbono (Baleares, Canarias, gas de Fracking), al tiempo que asfixia con tasas e impuestos la energía fotovoltaica y la autosuficiencia energética. 
 

Barrio autosuficente en Friburgo, Alemania
Para las autoridades y empresas eléctricas españolas, una pesadilla
que habría que dinamitar o ahogar con fuertes impuestos.

No hay que ser demasiado espabilado para discernir que la sociedad se enfrenta a tres formidables amenazas que empiezan a estallarnos en la cara: el cambio climático, la penuria petrolera y la brutal desigualdad social. Sin embargo, esa sociedad no está tan indefensa como parece y dispone de recursos para hacer frente a los retos.

La revolución energética, su democratización, se ha puesto en marcha. En Alemania, en el año 2012 se contaban más de 600 cooperativas energéticas de consumidores. Ese nuevo corporativismo, como organización social alternativa, se abastece de alimentos mediante cooperativas de consumo que dan de lado a las grandes cadenas de distribución y sus venenos, adquiriendo productos de cercanía, biológicos y equitativos. También llega a la banca, con ciudadanos que empiezan a prestarse dinero entre ellos (crownfunding).

Hay otras buenas noticias. Una es la extensión de una ética que se aparta del consumismo idiota, que desconfía de ese imposible paradigma del crecimiento constante y que quiere vivir con más sencillez y más pegado a la naturaleza. La debacle económica y la extendida pobreza, no son ajenas a esta ética. La actual crisis socioeconómica tendría un aspecto positivo: sería el fertilizante que ayudase a crear una sociedad diferente… Empecemos a forjar esa sociedad desinvirtiendo nuestros ahorros del mundo del carbono.

Hace unas horas, el WG 3 del IPCC, reunido en Berlín, ha emitido un nuevo informe destinado a quienes toman las decisiones (policemakers). Las reacciones están siendo profundas y los tiempos de la Transición se acercan a grandes pasos. El Reino de España debe empezar a ponerse las pilas y dar un vuelco a su política energética, de transporte y de planificación urbana. Veremos hasta donde son capaces de entender nuestros políticos y nuestra sopciedad el mundo que nos viene encima. Para España, la Transición es su única oportunidad de no verse relegada al nivel de Albania en menos de una generación.

jueves, 27 de marzo de 2014

MEGARED OMEGA  3
Mega cretinos


La crema del joven empresariado se levanta y se acuesta a diario con una idea fija en la cabeza. ¿Conducir el último Audi? ¿Mejorar el handicap en el club de golf? Por supuesto, aunque tales deseos serían simples adornos para su imagen triunfadora. 

Porque lo verdaderamente ilusionante en su vida es crear un mercado nuevo. Ser el primero en acertar con un producto inédito que arrase, que les forre, que les dediquen una página completa (impar si es posible) en la prensa económica, en Cinco Días o Expansión a causa de su nuevo producto, luciendo el peinado brillante y la corbata rosa de nudo gordo.

Conseguir ese tipo de sueños no es fácil. Hay que inventarse una mercancía inútil, proceder a una intensa campaña publicitaria de lanzamiento y convencer al idiota consumidor que no podrá vivir sin su producto. Para llegar al premio supremo hay que trabar duro y comer mucha mierda por el camino. De poco sirve comprar un máster del IESE, Harvard o la London School Economics. Los títulos ayudan, pero no son la poción mágica.

Para triunfar en los mercados algunos optan por encanallarse, corrompiendo a políticos pánfilos o desvergonzados. Ese sistema funciona, sobre todo en España donde esa clase de “software” empresarial tiene buena aceptación social. Lo malo es que te imputen y encarcelen por algún delito laboral o fiscal, pagando "en negro" a tus empleados,  o que te pillen con las manos metidas en el puchero, como habría sucedido con algunos destacados directivos y ex - directivos de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales)


Un animado carrusel de Krill en aguas polares

Contemplo en la televisión el nuevo anuncio (spot) que nos propone un grupo de espabilados. El producto anunciado se llama MEGARED y se vende dentro de una anodina caja de color rojo con pinta de medicamento. Dentro hay unas cápsulas de gelatina que contienen aceite de “krill”. Ese aceite es rico en ácido grasos Omega 3, el supuesto paradigma de la salud cardiovascular que nos viene del mar.


El Krill protagoniza películas de dibujos animados (Warner).
El destino de estos crustáceos, además de ser convertidos en aceite
para alimentar humanos, es quedarse sin su cáscara porque la acidificación del océano, a causa del exceso de CO2 en la atmósfera, les impedirá obtener y fijar el necesario carbonato cálcico. El krill, como otros crustáceos, moluscos y cefalópodos, puede estar en vías de extinción.

El "krill" es una gambita de apenas 5 cm de envergadura, incluidas las antenillas y la colita. Vive hasta los siete años de edad en las aguas heladas del Ártico y de la Antártida. Los biólogos marinos aseguran que es la biomasa más grande de los océanos y sirve como base alimenticia de ballenas, focas, morsas, pingüinos, aves marinas y peces. Sin el krill, el delicado ecosistema antártico se desmorona. El ser humano no lo necesitó nunca. Era una bendición de la pura naturaleza de las aguas polares.

Pero algunos brillantes empresarios están a punto de cumplir su gran sueño. EL MEGARED y sus aceites de krill no están solos. Hay otras marcas y productores que venden los frascos y las cajas conteniendo miles de toneladas de gambitas exprimidas al precio de 14 euros. Se compran en Parafarmacias y por Internet. Unos y otros empezaron su aventura hace seis o siete años y ya están invadiendo los mercados para cretinos.


El factoría noruego "Thorshovdi" en su ambiente. La fábrica de
exprimir krill está a proa

Hay que reconocer que los del “krill” son precavidos empresarios de un mercado que, de momento, parece dominado por Noruega. En su prudencia, han conseguido que WWF Noruega les bendiga y que el MSC (Marine Steward Council) les etiquete como pesca “sostenible”. Con la cara lavada, de momento pescan 150.000 toneladas de krill al año (110.000 los noruegos) en aguas cercanas a la Antártica y han logrado el aplauso de la Unión Europea por ser tan emprendedores. Los buques que pescan el krill son también chinos (“Kai Xin”) y polacos (“Sirius”, “Alina”), pero los más eficaces y modernos son los rubios y altos noruegos, con el ”Juvel”, el “Saga Sea” y el maravilloso “Thorshovdi”, un buque arrastrero factoría que procesa las gambitas a bordo exhalando columnas de humo negro.


El chino "Kai Xin" ardiendo en aguas chilenas en marzo de 2013.
El buque terminó hundido,aunque se salvaron sus 90 tripulantes. Las condiciones
de vida a bordo de la flota de pesca china de la Antártida son tan extremas que, en diciembre de 2013, murieron de hipotermia cuatro pescadores chinos que escapaban a nado de sus buques en aguas del Estrecho de Magallanes. 
El "Kai Xin" fue un arrastrero para pescar el krill ¿Venganza de Neptuno? ¿Sabotaje de unos pescadores al límite del sufrimiento?

Los clientes objetivo de las cápsulas de MEGARED Omega 3 que cuida tu corazón y tus arterias militan en dos tribus. La más selecta es la de los maduros y estresados empresarios, pendientes siempre de su ansioso corazón y sus niveles de colesterol. La otra tribu es la de los obesos, fumadores, sedentarios y vagos incapaces de mover el culo. Unos y otros podrían comer caballas o latas de sardinillas, abundantes, baratas y abarrotadas de Omega 3. Pero esa opción es, para los primeros, una vulgaridad. Los segundos, además de gordos, aceitosos y sudorosos, no quieren oler a sardinaza.

Es mejor saquear el último paraíso marino de la Tierra y que a las ballenas, a los pingüinos y a las focas les den…  

sábado, 22 de marzo de 2014

RADIO NACIONAL DE ESPAÑA & VENENO
Verdades a medias y mentiras mediadas


Es un sábado de marzo de 2014 y son las 10 de la mañana. En la costa de Cantabria los cielos están velados por leves brumas procedentes del mar. Es posible que se disipen a lo largo de la mañana y se cumpla el dicho “Mañanitas de niebla, tardes de paseo”. En esa agradable previsión y en la paz que respira el pueblo, voy extendiendo la mantequilla sobre la tostada del desayuno. He sintonizado la frecuencia de Radio Clásica, de la emisora pública Radio Nacional de España, donde suena un adaggio puramente barroco.

Desde la taza sube un agradable aroma de café, elaborado por una marca regional llamada “Dromedario”, especialmente suave y conseguido, que suelo llevarme a Madrid. Termina el movimiento musical y me llega la voz cálida y aterciopelada del locutor que, sorprendentemente, no hace el menor comentario sobre la bella música que acabo de escuchar y evita anunciarme lo que vendrá a continuación. En su lugar, se lanza a glosar las virtudes del alimento en conserva.

Sumerjo brevemente la tostada en el café con leche y me quedo embobado al escucharle. La conserva, recita el locutor, es extraordinaria como recurso alimentario. Es muy variada y, a veces, mejora el alimento conservado. Además resulta económica. Las latas están disponibles durante meses y años y nos pueden resolver una comida o compromisos de última hora. El único “pero” hacia las conservas es que, si se abusa de ellas, se puede sufrir falta de vitaminas y causar algunos trastornos en el estómago. Soltada la parrafada, suena una nueva pieza musical, esta vez de piano.


No me esperaba tanta versatilidad y modernidad viniendo de Radio Clásica de Radio Nacional de España. Acabo de asistir a una “fusión” desenfadada y deconstructiva entre latas de mejillones y nocturnos de Chopin. Así que espero impaciente, degustando el café, a lo que diga el locutor cuando concluya el movimiento que está sonando. Sin embargo, la cálida voz retorna a sus disquisiciones sobre las latas de conservas. Indica que, si bien es excelente tomar la fruta directamente del árbol, resulta realmente confortable abrir una lata y zamparse su contenido sin necesidad de moverse de casa ni cocinar.

La paz de la mañana se me ha disuelto como se disipa la bruma marina. 
Recojo el desayuno escuchando una breve pieza de Bach y me reafirmo en la certeza de que los idiotas están por todas partes, infiltrados hasta el corazón de una emisora de radio tan culta y tan discreta. Como servicio público, pagado por todos los españoles, la obligación de un medio de comunicación del Estado es informar a los ciudadanos con veracidad, sin medias verdades y sin subterfugios. En Radio Clásica, de Radio Nacional de España, aprovechan el arte musical para meterte una burda cuña publicitaria sobre las comidas en conserva. Lo hacen, digo yo, para tranquilizar a los empobrecidos españoles que tiene que alimentarse con ellas porque no llegan a fin de mes.


Sanidad de Canadá (Health Canada) anunciaba en marzo de 2013 haber
encontrado BPA en el 70% de las latas de bebida del país. La migración del BPA desde
el epoxy que recubre el interior de la lata a la bebida se acelera con el calor.
¡No dejar nunca latas de bebida al sol! 

Sin embargo, el locutor no expone la realidad más estremecedora de la lata de conserva. En todas las naciones europeas punteras se debaten las circunstancias de la conserva en lata ¿El motivo? La totalidad de la población europea mantiene en su organismo niveles preocupantes de Bisfenilo A (BPA), el perturbador endocrino (disruptor hormonal) que produce esterilidad masculina, cáncer hormonal (próstata y seno), diabetes, bajada de las defensas y un exceso de estrógenos en las niñas que, en casos extremos, adelanta su madurez sexual (menstruación) a los nueve años de edad. El locutor no comenta, como debía hacer un servicio público, que el 70% del BPA disuelto en la práctica totalidad de los cuerpos de las mujeres, niños y hombres de Europa llega a través de la alimentación, fundamentalmente con las resinas epoxy que impregnan el interior y las tapas de latas metálicas de conservas para comidas y bebidas.

Como siempre, los más pobres, los que no tienen dinero para comprar fruta recién cosechada del árbol, legumbres y hortalizas Bio, carnes y pescados frescos, aquellos obligados a llenar el estómago con baratas latas de conserva, son los que se llevan la peor parte. Tras glorificar las bondades de la conserva en Radio Clásica, de Radio Nacional de España, las industrias de la conserva y de las resinas epoxy podrán aumentar su intoxicada clientela entre la población amante de la música culta.

¿Cómo hubiera sido la noticia completa sobre el universo sideral de la conserva? El locutor podría haber informado que, en Francia, el problema de las resinas epoxy con BPA debe resolverse antes del 1 de julio de 2015, fecha límite ordenada por la ley aprobada en la Asamblea Nacional para erradicar el BPA de todo contenedor de comida. Que la industria alimentaria francesa y europea busca un sustituto para el recubrimiento interior de las latas y ha encontrado 73 productos alternativos, aunque la mayoría de ellos son igualmente peligrosos. Diría que la industria se resiste a eliminar el BPA porque la resina epoxy es estupenda para sus fines, aunque resulte letal para los ciudadanos. Expondría que, al parecer, hay tres posibles sustitutos a la vista.


Recubrimiento habitual en una lata de conservas
La substancia blanca es una resina epoxy que contiene BPA
y lo transmite al alimento.

Esos sustitutos son las Poliétersulfonas, aunque contienen el Bisfenol S (BPS) que también es un perturbador endocrino. El segundo candidato sería las resinas acrílicas, con Poliéster de metacrilato, aunque son sensibles a la acidez de algunos alimentos que pueden degradar el revestimiento. Por último aparecen los Poliésteres termoplásticos a base de PET (Polietileno Tereftalato. Es el material que debe sustituir (en Francia) las bombonas transparentes de agua potable instaladas en oficinas, ahora fabricadas en Policarbonato repleto de BPA, pero que traería Ftalatos al agua, otro perturbador hormonal. Al final, resulta complicado encontrar un recubrimiento capaz de incorporarse a las actuales cadenas de fabricación de latas, que llegan a fabricar hasta 10.000 unidades a la hora.

Aporto un respetuoso consejo a las respetables lectoras y lectores: examinen el interior de las latas de conservas que habitualmente compran (una vez vaciadas). Si observan que están recubiertas por una fina capa de plástico blanquecino (con el perturbador endocrino BPA allí agazapado), no vuelva nunca jamás a comprarlas. Seleccionen únicamente aquellas conservas que muestran el metal interior limpio y reluciente, siendo admisible la presencia de una estrecha banda vertical de epoxy tapando la soldadura. Así ofrecerá al cáncer menos oportunidades de anidar en su organismo y en el de sus hijos e hijas.


Recubrimiento mínimo con epoxy que oculta la soldadura

Recuerde también que si le dicen, exhibiendo una sonrisa de suficiencia y paternalismo, que el BPA que podemos ingerir a través de una lata es absolutamente “insignificante”, sepa que las hormonas naturales y sus siniestros imitadores (BPA, Ftalatos,…) actúan en cantidades “insignificantes”. Si le argumentan que la cantidad, la dosis, es lo que define el veneno, reaccione recordando que esa es una verdad medieval que nos remite a la alquimia. Porque cuando la medicina descubrió las glándulas endocrinas y sus secreciones (las hormonas) se encontró con la sorpresa de que dosis minúsculas, “insignificantes”, de hormonas (dosis hormonales) producían enormes resultados en el organismo. Que dosis ínfimas, despreciables, casi indetectables de hormonas decidían nuestra fertilidad, nuestra capacidad de crecer y hasta nuestras emociones.

Sea igualmente consciente de que cantidades “insignificantes” de las denominadas “falsas hormonas sintéticas” entran en nuestro cuerpo día tras día, mes a mes, durante años y décadas. Que en nuestro cuerpo se mezclan entre sí y forman un cocktail que nos acompaña  a lo largo de la vida. Una sombra siniestra que nos envenena lentamente e irrita nuestros tejidos desde que damos el primer trago de leche materna hasta que morimos de metástasis.

En el siglo XVI, durante el Renacimiento, había un dicho médico veneciano que rezaba: El hombre es el peor enemigo del hombre. Él mismo se mata. Seguimos igual y no hemos aprendido nada en 500 años. Desde las esferas del poder siguen tratándonos como estúpidos siervos medievales, aunque en lugar de azotarnos con palos nos azotan con música clásica.

miércoles, 19 de marzo de 2014

BLABLACAR Y EL SISTEMA
Panda de retrasados


Blablacar en Europa
Parece ser que vivimos inmersos, desde hace años y con nefastas consecuencias para amplios sectores de la ciudadanía española, en el onírico universo de los mercados y el neoliberalismo económico. Digo que “parece ser”, porque quienes supuestamente gestionan el sueño liberal, ya sean políticos o empresarios, no dudan en arrinconar el adorado liberalismo cuando les viene mal para el bolsillo.

Uno de los numerosos ejemplos de esa incapacidad acaba de surgir de una asociación española denominada FENEBUS. Nacida en el año 1924, este grupo de empresarios del transporte de viajeros en autobús por carretera lleva un tiempo con problemas. Desde hace diez años no levanta cabeza y ahora se le viene encima la iniciativa de la sociedad civil llamada Blablacar.

El inteligente lector/lectora, sabe que Blablacar es una red social que ofrece viajes en coche privado compartiendo los gastos del combustible. Una iniciativa  (Covoiturage – Carsharing – Consumo corporativo) que tiene millones de adeptos en el continente y es empleada por gente joven y comprometida con la cohesión social, el medio ambiente, la limitación de los recursos no renovables y la solidaridad.


FENEBUS en uno de sus encuentros, acompañados por el Presidente del Congreso de Diputados de España.
Resaltan la juventud y la ingente cantidad de mujeres

Para los agrupados en FENEBUS, la página web de Blablacar debe ser cerrada de inmediato por orden gubernativa. La razón es que representa una insoportable competencia para su negocio de transporte, incapaz de ofrecer la comodidad, flexibilidad, sostenibilidad, sociabilidad y agilidad del sistema de compartir coche. Un sistema que prospera en Europa y que recibe el apoyo de gobiernos comunitarios (Ministerio de la Ecología y el Desarrollo Sostenible - Francia) por sus beneficios sociales y ambientales.

Con las denuncias presentadas ante varios organismos, entre los que se encuentra el ¡¡Defensor del Pueblo!!, FENEBUS nos integra velozmente en el inigualable ámbito de Corea del Norte y su maquinaria económica. De prosperar, su iniciativa nos haría colegas del KOMINTERN de la República Popular de China y su gobierno totalitario, que censura Internet a su antojo y que antepone el desarrollo sucio y la pasta a la salud y la libertad de sus ciudadanos. También sería un giño de complicidad y mutua simpatía hacia el régimen islamista de Turquía, bloqueando Twitter, YouTube o Facebook porque denuncian corrupciones en el gobierno. 


Una muestra del estancamiento y declive de las empresas
de transporte de viajeros por carretera en España. Blablacar no existía en España
antes de 2012 y su verdadera implantación data de 2013. Lo que dice mucho de su desplome histórico.

En la actitud de FENEBUS hay un trasfondo de empresas rancias, de gesto fascistoide y franquismo cateto, de desprecio al ciudadano e incompetencia. El mal empresario, ante una dificultad para su negocio, en lugar de innovar para competir con éxito exige que el competidor sea expulsado del mercado. Con Blablacar argumentan razones fiscales, licencias gubernativas o control de seguridad. Pero no son razones coherentes. Según ese criterio yo no podría hacer mermelada de moras en mi cocina sin que me viniera con amenazas la asociación nacional de conserveros. Así que, renunciando al sagrado “neoliberalismo” y la sacrosanta libertad de los mercados, FENEBUS lloriquea al gobierno, tan afín y tan cómplice, para que censure una página web.  

Esta solución, fruto de la desesperación propia de los más memos, produce rubor. Al calificar la actitud de FENEBUS de fascista tan sólo se pone de manifiesto una manera de resolver los conflictos con la violencia. En el caso empresarial,  cerrando negocios rivales. En el caso de la política, encarcelando o asesinando al opositor. Además, solo un cretino puede pensar que clausurar portales web en España (Unión Europea) cerraría el paso del ciudadano a páginas web abiertas en Francia, en Portugal, en Alemania o Italia. La inciativa de los gobernantes islamo - fascistas de Turquía, cerrando Twitter, está en esa senda y ha mostrado su ineficiencia: Twitter ha seguido funcionando por otras vías y recorridos. Los FENEBUS existentes en las naciones europeas deben estar profundamente avergonzados de la estulticia de sus colegas hispanos.  Es lo que trató de hacer el infame Mubarak en Egipto o el bandido ex - presidente de Túnez, intentado clausurar Internet y las redes sociales, antes de ser adecuadamente expulsados o encarcelados. 

Hay una lectura que, quizá, han realizado los empresarios de FENEBUS y podría justificar su desvarío. Deben comprender que detrás de Blablacar, Airbnb y otros sistemas de intercambio entre particulares reside el rechazo al capitalismo empresarial y al sometimiento a los mercados, demostrando que la sociedad civil, en democracia, mantiene viva la libertad del ciudadano de crear su propia economía de subsistencia en tiempos de crisis. 

Si no les gustan los pacíficos gestos de autodefensa del ciudadano,  deberían haber previsto hacer una sociedad menos injusta, más próxima y solidaria con los débiles, menos corrupta, más participativa. Gracias a la democracia nos hemos liberado de los totalitarismos políticos. Gracias al laicismo, nos hemos liberado de los totalitarismos religiosos. Ahora, aparecen formas liberadoras del totalitarismo corporativo y empresarial, donde la libertad de mercados parece una broma de mal gusto y donde las Comisiones de Defensa de la Competencia son instituciones detestadas por el capitalismo salvaje y ninguneadas desde los propios gobiernos liberales que desearían olvidar las regulaciones y normas. 


Imagen de Blablacar en el Reino Unido

La actitud de FENEBUS no debe considerarse como una majadería más o una salida de tono. Muy al contrario, es una muestra de la ineptitud de cierta clase empresarial española ante fenómenos sociales imparables. Mejor haría el Estado renovando sus estrategias sociales y ambientales para el transporte de personas en el territorio, estimulando y facilitando cosas como Blablacar y poniendo muchos más trenes de corta y media distancias, en lugar de cerrar líneas de ferrocarril y clausurar estaciones. Así nos va con esta gente.

Al final, será difícil impedir que las personas suban a su coche a quien les dé la gana, invitando a compartir los gastos del viaje. Si lo que desean las autoridades es seguridad, recomienden que los invitados a bordo disfruten de un seguro de ocupantes y aconsejen al ciudadano no subirse a coches conducidos por malos conductores. En cualquier caso, esos asuntos son ya tomados en cuenta por los viajeros, al establecerse valoraciones de los conductores en la página web de Blablacar. Lo demás son ganas de tomar el rábano por las hojas.