LAS PENAS y ALEGRÍAS DEL MEDIO AMBIENTE, sus políticas y sus políticos.

lunes, 18 de junio de 2012


FUERTEVENTURA
Un paseo por Mal Nombre


“Mal Nombre” es un discreto volcán, de momento apagado, situado en la dorsal de la península de Jandía, en la isla canaria de Fuerteventura.  Difícil saber la razón de llamar así a una montaña y a su entorno. También es el nombre de un grupo de casitas levantadas en las faldas del viejo volcán, donde vive una veintena escasa de vecinos. Desde el volcán, encauzando las raras lluvias que se descuelgan sobre Fuerteventura, desciende una barranca, reseca y salpicada de aulagas y cardos, también llamada “Mal Nombre”. 

Al final de la barranca, a derecha e izquierda se abre una playa de mil quinientos metros digna de ser recorrida sin prisas y con la marea baja, abrumados por el blanco cegador de la arena calcárea, el negro azabache del basalto y el azul turquesa del mar. En la playa de “Mal Nombre” hay cosas que ver y que enseñar.  Las que nos ofrece la sabia naturaleza y las que nos ofrecen algunos humanos con quienes no nos queda más remedio que convivir. 

Hay que imaginar el encontronazo apocalíptico de esta gruesa colada basáltica de lava
con las aguas frescas del Atlántico. Por el camino, sobre la arena o
atrapadas aún en la lava, quedan redondeadas "Bombas" volcánicas.
Los incansables vientos alisios se pasan la eternidad transportando
arenas calcáreas (el "jable" de origen marino) arriba y abajo de la colada de lava. Al final,
se forman espectaculares cascadas de arena. En la marea alta, las olas se encargan de volver a poner en movimiento las arenas depositadas a los pies del acantilado en un trabajo sin fin.
 
Un enhiesto bloque de basalto, hincado en la colada, recuerda al Roque Nublo del Teide

La soledad recorre la playa entre Costa Calma y Butihondo. Los turistas, para guarecerse del alisio, apilan piedras formando corrales que recuerdan a los construidos por los majoreros para sus cabras. En el horizonte, hacia la izquierda de la fotografía, un ferry de ARMAS se encamina al puerto de Morro Jable.
Un promotor inmobiliario, seguramente perteneciente a la tribu de los hoteleros, ha dejado una muestra
 de su fracaso empresarial sobre las alturas de Mal Nombre (O quizá ha sido la muestra de un político de tercera). La ruina lleva allí varias décadas y pretenderá competir en longevidad con las cosas que nos ha dejado la naturaleza. 
Finalmente, otra interesante muestra ofrecida por otro majadero del ladrillo para embellecimiento de Mal Nombre. El esqueleto hotelero, también veterano, se complementa con una cuidada adecuación paisajística, compuesta por escombreras, rellenos, nivelaciones y una rampa vertiginosa que desciende hacia el mar. Igual  proyectaban tirar rodando por ahí a los turistas encima de una "goitibera". Ninguna autoridad, nacional o local, legislativa, ejecutiva o judicial, ha conseguido que el responsable retire esta basura (y la anterior).



CRISIS ENERGÉTICA
Llega la tempestad


No hay manera de que el cambio climático deje de darnos disgustos. La última novedad viene de China y tiene mala pinta, si es que se puede calificar así. En la Universidad de Leeds (Reino Unido) se han tomado la molestia de leer con detalle las cuentas que China ha ofrecido de sus emisiones de CO2 en el año 2009 (las últimas que tienen). Lo primero que se debe decir, aunque ya lo saben los informados lectores, es la confirmación oficial de que China aventaja a USA en toneladas de CO2 mandadas anualmente a la atmósfera, con un crecimiento sostenido del 7,5% anual.

Como los británicos de Leeds no se fiaban de las cuentas chinas, han cotejado las cifras de emisiones agregadas del país (7.693 Millones de toneladas - Tm), ofrecidas por el Yearbook 2009 del China National Bureau of Statistics (CNB), con las mostradas en el Energy Balance Sheets (China Statistics Press)  y desagregadas en las 30 provincias chinas (9.084 Mt). El desfase entre ambas cantidades es de unos 1,4  gigatones de CO2. ¿Qué significa esta cantidad? Pues que China, en sus cifras oficiales, ha escamoteado una cantidad similar a las emisiones anuales de Japón. La noticia, sospechada desde enero de 2012, estudiada y comprobada entre febrero y mayo, se ha hecho pública “on line” el 10 de junio pasado en Nature Climate Change (*) (www.nature.com).

Sede del CNB (China National Bureau of Statistics) en Pekín

Estas historias no hacen otra cosa que enmarañar las posibilidades de alcanzar cualquier acuerdo sobre el cambio climático a escala global (la única escala que funcionaría). Pero el baile de cifras no es la única razón que enfrenta a las naciones en la gestión del cambio climático. El fracaso de la Cumbre del clima en Durban (Sudáfrica), en diciembre de 2011, tuvo los grandes escollos de siempre. Por si no se han entretenido en evaluarlos, se los voy a explicar brevemente.


Nieblas (smog) en plaza Tiananmen (Pekín), causada por el CO2

Los países emergentes, como China e India, reconocen que ellos aumentan sus emisiones, pero que las necesitan para alcanzar mejores niveles de vida para sus poblaciones. Las naciones desarrolladas no tendrían fuerza moral para acusarles, ya que son USA, Reino Unido y el resto de Europa, quienes fueron llenando la atmósfera de CO2 desde finales del siglo XVIII. Existe, por tanto, una deuda histórica de CO2 acumulado por las naciones desarrolladas desde el inicio de la Era Industrial. También argumentan que lo importante no son las cantidades totales por nación, sino por habitante. Para comprender este matiz es mejor ver dos gráficos:
El primero muestra los países y su población.  La anchura de cada columna indica la población (en miles de millones), mientras que la altura señala las emisiones totales de CO2 en toneladas por habitante y año. 

Responsables en el año 2010 de emisiones de CO2, por habitante y año.
Destacan Estados Unidos, Europa y otros países productores de crudo. China e India figuran
 con bajos niveles de emisiones por habitante y año


Responsables históricos del CO2 acumulado en la atmósfera y población.
Vuelven a aparecer los grandes protagonistas de la Era Industrial (Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y otras potencias europeas. A pesar de su gran población, China e India muestran muy baja responsabilidad histórica y su contribución por habitante es pequeña.

A estas razones se añade otra de gran peso. Francia acaba de anunciar que sus emisiones han bajado un 10% desde 1990. Sin embargo, la realidad es que las ha incrementado en un 25%, aunque no precisamente dentro de sus fronteras. Francia, al igual que otros países occidentales, ha venido deslocalizando sus industrias en los últimos 20 años al trasladar las emisiones necesarias para fabricar muchos de los “juguetes” que consume hasta China o India.  Si estos países ven crecer su industria manufacturera y sus emisiones es a causa de las masivas exportaciones, ya que la demanda interna sigue siendo débil.

Ellos queman miles de toneladas de carbón, algo que nos escandaliza,  para fabricar lo que nuestro sistema consumista necesita para ser FELIZ (de paso, se destruye empleo en Europa). En resumidas cuentas, es importante quién emite gases de efecto invernadero, pero lo trascendental es quién consume los productos salidos de esas emisiones y que, para colmo, tienen que cruzar medio planeta gastando combustible para llegar a los consumidores. Somos de un cinismo insuperable.

La industria siderúrgica china alimenta el Taller del Mundo

Al final de este relato breve, se comprende el profundo pesimismo de la Agencia Internacional de la Energía cuando, a comienzos de este año y tras constatar el record de emisiones del año 2011, veía casi cerrada la vía de limitar a 2ºC el aumento de la temperatura media. Ahora, está calculando al cataclismo de un aumento igual o superior a los 6ºC en el año 2100. Como escribía el New York Times tras el fiasco de Durban, “Luchar contra el calentamiento global necesita una refundación completa de la producción de energía, del transporte y de la agricultura”.

(*) Nature Climate Change – The gigatone gap in China`s carbon dioxide inventories.