MEGARED OMEGA 3
Mega cretinos
La
crema del joven empresariado se levanta y se acuesta a diario con una idea fija
en la cabeza. ¿Conducir el último Audi? ¿Mejorar el handicap en el club de
golf? Por supuesto, aunque tales deseos serían simples adornos para su imagen
triunfadora.
Porque lo verdaderamente ilusionante en su vida es crear un mercado nuevo. Ser el primero en acertar con un producto inédito que arrase, que les forre, que les dediquen una página completa (impar si es posible) en la prensa económica, en Cinco Días o Expansión a causa de su nuevo producto, luciendo el peinado brillante y la corbata rosa de nudo gordo.
Porque lo verdaderamente ilusionante en su vida es crear un mercado nuevo. Ser el primero en acertar con un producto inédito que arrase, que les forre, que les dediquen una página completa (impar si es posible) en la prensa económica, en Cinco Días o Expansión a causa de su nuevo producto, luciendo el peinado brillante y la corbata rosa de nudo gordo.
Conseguir ese tipo de sueños no es fácil.
Hay que inventarse una mercancía inútil, proceder a una intensa campaña
publicitaria de lanzamiento y convencer al idiota consumidor que no podrá vivir sin su producto. Para llegar al premio supremo hay que trabar duro y comer mucha mierda por el camino. De poco sirve comprar un máster del IESE,
Harvard o la London School Economics. Los títulos ayudan, pero no son la poción
mágica.
Para triunfar en los mercados
algunos optan por encanallarse, corrompiendo a políticos pánfilos o
desvergonzados. Ese sistema funciona, sobre todo en España donde esa clase de “software” empresarial tiene buena aceptación social. Lo malo es que te imputen y encarcelen por algún
delito laboral o fiscal, pagando "en negro" a tus empleados, o que te pillen con las manos metidas en el puchero, como habría sucedido con algunos destacados directivos y ex - directivos de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones
Empresariales)
Un animado carrusel de Krill en aguas polares |
Contemplo en la televisión el nuevo anuncio (spot) que nos propone un grupo de espabilados. El producto anunciado se llama MEGARED y se vende dentro
de una anodina caja de color rojo con pinta de medicamento. Dentro hay unas
cápsulas de gelatina que contienen aceite de “krill”. Ese aceite es rico en ácido grasos
Omega 3, el supuesto paradigma de la salud cardiovascular que nos viene del
mar.
El "krill" es una gambita de apenas 5 cm de envergadura, incluidas las antenillas y la colita. Vive hasta los siete años de edad en las aguas heladas del Ártico y de la Antártida. Los biólogos marinos aseguran que es la biomasa más grande de los océanos y sirve como base alimenticia de ballenas, focas, morsas, pingüinos, aves marinas y peces. Sin el krill, el delicado ecosistema antártico se desmorona. El ser humano no lo necesitó nunca. Era una bendición de la pura naturaleza de las aguas polares.
Pero algunos brillantes
empresarios están a punto de cumplir su gran sueño. EL MEGARED y sus aceites de
krill no están solos. Hay otras marcas y productores que venden los frascos y
las cajas conteniendo miles de toneladas de gambitas exprimidas al precio de 14
euros. Se compran en Parafarmacias y por Internet. Unos y otros empezaron su aventura hace
seis o siete años y ya están invadiendo los mercados para cretinos.
El factoría noruego "Thorshovdi" en su ambiente. La fábrica de exprimir krill está a proa |
Hay que reconocer que los del
“krill” son precavidos empresarios de un mercado que, de momento, parece
dominado por Noruega. En su prudencia, han conseguido que WWF Noruega les bendiga y que
el MSC (Marine Steward Council) les
etiquete como pesca “sostenible”. Con la cara lavada, de momento pescan 150.000 toneladas de krill
al año (110.000 los noruegos) en aguas cercanas a la Antártica y han logrado el
aplauso de la Unión Europea por ser tan emprendedores. Los buques que pescan el
krill son también chinos (“Kai Xin”)
y polacos (“Sirius”, “Alina”), pero
los más eficaces y modernos son los rubios y altos noruegos, con el ”Juvel”, el “Saga Sea” y
el maravilloso “Thorshovdi”, un buque
arrastrero factoría que procesa las gambitas a bordo exhalando columnas de
humo negro.
Los clientes objetivo de las
cápsulas de MEGARED Omega 3 que
cuida tu corazón y tus arterias militan en dos tribus. La más selecta es la
de los maduros y estresados empresarios, pendientes siempre de su ansioso
corazón y sus niveles de colesterol. La otra tribu es la de los obesos, fumadores, sedentarios y vagos
incapaces de mover el culo. Unos y otros podrían comer caballas o latas de
sardinillas, abundantes, baratas y abarrotadas de Omega 3. Pero esa opción es,
para los primeros, una vulgaridad. Los segundos, además de gordos, aceitosos y
sudorosos, no quieren oler a sardinaza.
Es mejor saquear el último
paraíso marino de la Tierra y que a las ballenas, a los pingüinos y a las focas
les den…