ABISMO PETROLERO
Nos empujan hasta el borde
Segunda ola de calor en el Reino
de España y en Europa. El viernes 14 de junio, en Extremadura, en el valle del
Guadalquivir y en el valle del Ebro se alcanzarán y superarán los 35ºC. En Francia
se ha declarado la alerta naranja en 17 Departamentos, con la región de Alsacia
puesta a cocer a 37ºC. Los suizos van con la lengua fuera y Zurich registraba hoy 31ºC.
En Berlín y en Milán la temperatura es ya de 35ºC y 34ºC, respectivamente. En
Verona, Romeo y Julieta empapan la camiseta bajo los 38ºC anunciados para hoy. En realidad, estas olas de calor son de lo más habituales.
Porque lo habitual, según dicen algunos memos, es que a mediados del mes de junio haga más calor que en
julio y en agosto.
Sudaremos y nos deshidrataremos a conciencia, pero seguiremos contando con el bendito petróleo y con el sagrado gas de
fracking para mantener el tenderete en pie y a los lobbies bien engrasados. Hace un par de
años, la industria petrolera y sus asociados (gas de fracking, petróleo de
pizarras bituminosas), unidos a sus políticos asalariados, nos habían dibujado
un mundo de ensueño. A partir del año 2020, los Estados Unidos reemplazarían a Arabia
Saudita en el papel de suministrar al universo un torrente de petróleo y una
catarata incontenible de gas de fracking a precios de risa. El mundo estaba
a salvo... ¡Uff!
Fuerteventura (Canarias) Playa de Mal Nombre |
La alegría por el estupendo calor
que hoy nos proporciona el abundante petróleo y sus derivados se desinfla al
leer las últimas previsiones emitidas por la Agencia Internacional de la
Energía (AIE) hace dos días. Al parecer, las cosas son muy diferentes. En el
año 2020, Estados Unidos no estará en condiciones de exportar combustibles
fósiles a nadie porque sus más ricos yacimientos de gas de fracking (Shale
gas), el Bakken (Dakota del Norte) y el Eagle Ford (Texas) entrarán en declive
acelerado. El 60% del resto del gas existente en la nación es inviable a causa
de su dispersión, su pobreza y los costes inasumibles para extraerlo.
Según la AIE, las cuentas "guarras" del
petróleo están levantando insoportables dolores de cabeza. Desde el año 2006,
los yacimientos convencionales están bajando la producción por su paulatino
agotamiento. En los últimos 14 años, desde el 2000, la industria petrolera
ha aumentado sus inversiones un 180%, para poder aumentar la producción un triste
14%. Si las gasolineras quieren disponer de combustible en los próximos años será necesario invertir cifras de vértigo.
Los técnicos de la AIE estiman
que se precisan unos 48 billones de dólares (35.000.000.000.000 de euros) para
únicamente “mantener” la producción de petróleo a los niveles actuales,
arañando la tierra en busca de crudo bajo los abismos marinos o bajo la Antártida. Eso
representa el gasto de 850.000 millones de dólares al año, lo que hará crecer
el precio del barril de crudo por encima de los 120 dólares provocando un
cataclismo económico. Unos dineros que sobrarían para generar el 100% de la energía
eléctrica que necesitamos mediante fuentes renovables.
Formentera (Baleares) Playa de Espalmador |
Para oscurecer un poco más el negro horizonte, los países englobados en la OPEP necesitan restringir sus
exportaciones de crudo para atender a la creciente demanda interna, antes de que
les explote una insurrección sangrienta entre las piernas. Además, la llamada
“primavera árabe” ha asustado a los regimenes feudales de Oriente Medio, que están destinando
unos 800.000 millones de dólares anuales de sus presupuestos para subvencionar
el precio del petróleo. A partir de ahora, deberán desviar parte de ese dinero para
aliviar las necesidades sociales de una población con ganas de liarse a
bofetadas. Los precios subirán.
En el Reino de España, eso de la
AIE y sus cosas, tan lejanas e incomprensibles, son cantos de sirena. Con las
energías limpias y renovables sancionadas y declaradas apestadas, lo más audaz
que inventan nuestras clases dirigentes es organizar campañas de
sondeos en aguas de Baleares y de Canarias en busca de
petróleo. Lo importante es que las astronómicas inversiones en energía sucia se
aceleren para llenar los bolsillos de los de siempre. Al fin y al cabo, invertir
en esa aberración del sol y del viento es muy, pero que muy mal negocio porque es una energía
que sale gratis y es eterna. Lo dicho: un mal negocio.
Además, como aseguran los
estúpidos, si instalamos demasiados aerogeneradores la fuerza de sus
aspas actuarán como las hélices de los aeroplanos y propulsarán a la Tierra
hasta sacarla fuera de su órbita. Y si colocamos demasiados paneles fotovoltáicos coceremos la Tierra y nos saldrán forúnculos en el culo a todos (con perdón).