BASURAS Y RESIDUOS
No salen las cuentas
Coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente, la organización ECOEMBES (Ecoembalajes España, S.A.) informó que en 2011 había reciclado el 68% de los envases, superando con creces el objetivo del 55% establecido por la legislación europea y española. El anuncio era esperanzador, ya que el porcentaje se anunciaba como Tasa de Reciclaje, que es el porcentaje de envases recuperados y reciclados sobre el total de envases puestos en el mercado por la industria.
Pero la interpretación ofrecida en algunos medios invitaba a la confusión. En algún lugar se decía que ese 68%
se calculaba sobre el total de los envases recuperados por ECOEMBES, no sobre
el total producido en la nación. Pensándolo mejor, nadie ofrecía detalles sobre
la composición de ese 68% ¿Era el 68% del peso de los envases? ¿El 68% de las
unidades? ¿El 68% era la media de los porcentajes de envases de vidrio, de papel-cartón
y brick, de envases de plástico ligero (bolsas), de plástico rígido y de
envases de metal o latas? La esperanza se ensombrecía ante tanta duda.
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Contenedores amarillos de ECOEMBES |
¿Dónde está el problema?
En el año 2005, ECOEMBES publicó
un estudio sobre la procedencia de los envases en España. Según sus datos, el
88 % (expresado en unidades) tenían su origen en el sector de la alimentación,
el 7,8 % en el cuidado personal y del hogar, el 2,8 % en el equipamiento de la
casa. El 1,4 % restante procedía de los envases para productos del motor, el ocio,
el textil y la piel.
Poco después, la Agencia de
Ecología Urbana de Barcelona (1), con la ayuda de una gran cadena de supermercados
nacional (HORECA) (2), calculaba que el 50% de los envases puestos en el
mercado en España consistían en envases de agua, refrescos y cervezas (sector alimentación).
Entonces, si se solucionaba correctamente el problema de la recogida y posterior
reciclaje de las botellas de plástico y las latas de bebidas, se solucionaban
la mitad de nuestros problemas con los envases ligeros.
Se preguntarán por qué los
envases (bricks, plásticos, metales, vidrio) son un problema, cuando
representan menos del 40% del contenido de nuestras basuras domésticas. La
respuesta es que la fracción orgánica (restos de comida) cubre el 50%
aproximadamente, pero es biodegradable y se recicla con relativa facilidad. No así los envases,
que necesitan de un complejo sistema de reciclaje, siempre que dicho reciclaje
sea posible (casi inviable para ciertos plásticos), para no terminar en las
cunetas, en las playas o en los vertederos.
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Botellas compactadas en una Planta de Transferencia |
¿Cómo lo hace España?
Para comprender la situación, es preciso hacer algo de historia. Todo arranca en el año 1994 con la
Directiva europea sobre envases y residuos de envases (Dir 94/62/CE). La
Directiva, como es preceptivo, fue transpuesta a la legislación española
mediante la Ley de Envases y Residuos de Envases (LERE) del año 1997.
La LERE establecía en España el
Sistema de Depósito Devolución y Retorno (SDDR – devolver el casco), aunque
admitía la alternativa del Sistema Integrado de Gestión (SIG). La alternativa representada por el SIG necesitaba que la Administración llegara a acuerdos con los productores
de envases y envasadores, que se agruparon creando ECOEMBES y ECOVIDRIO. Desde
su inicio, la LERE puso tantas excepciones al sistema original, el SDDR, que
terminó siendo arrinconado en favor del SIG.
Para el SIG, el envase y su
posterior gestión como residuo era responsabilidad de quien lo fabricaba y
ponía en el mercado. Sin embargo, tanto ECOEMBES como ECOVIDRIO desistieron de
montar un sistema privado de recogida de sus envases, pasando la pelota a los
Ayuntamientos o a las administraciones públicas regionales.
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El objetivo de la legislación sobre los residuos de plásticos, especialmente sobre los envases, es evitar su presencia en vertederos. El Suiza, la descarga de cualquier tipo de plástico en un vertedero está terminantemente prohibida. La Unión Europea quiere conseguirlo en el horizonte del año 2020. Con el SIG es difícil que lo consiga |
Antes de 1997 y de la LERE, los
ayuntamientos ya recogían toda la basura de los vecinos, incluidos los envases
usados. Era lo dispuesto en la Ley Básica de Régimen Local. Después de la LERE,
las entidades locales quedaron desligadas de esa clase de basuras, ya que
pertenecían a las empresas privadas. Entonces, en 1998, el Estado llegó a un
acuerdo con el sector de los envasadores, de la distribución y de las grandes
superficies para que los ayuntamientos siguieran haciéndose cargo de recoger
“sus” envases, a cambio de un sobrecoste "Diferencial" que ECOEMBES y ECOVIDRIO se
comprometían a abonar.
Invasión de contenedores
El esfuerzo público fue ingente.
En los años siguientes, las administraciones públicas cubrieron España de
contenedores “temáticos” y se lanzaron a costosas Campañas de concienciación
ciudadana sobre la separación de las basuras en el hogar. Si en 1999 había de media en España un
contenedor por cada 500 habitantes, en 2009 en Cataluña se llegaba a un
contenedor por cada 328 habitantes.
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Contenedores privados ocupando espacios de aparcamiento en la ciudad de Barcelona (Papel, vidrio y envases). |
Las calles y plazas, el espacio
público, se convirtieron en un gran almacén privado de envases usados. Los
ayuntamientos no cobraban a ECOEMBES y ECOVIDRIO por el uso del espacio ocupado
por sus contenedores (3), aunque sí cobraban a los coches con los parquímetros.
La generación de basuras iba en aumento y el Plan Nacional de Residuos Urbanos
2000 – 2006, que pretendía reducir la generación basuras urbanas en un 6% para
retroceder a niveles de 1996, fue un fracaso. Los ayuntamientos reclamaban más
dinero a las empresas por los sobrecostes de los igloos (vidrios) y amarillos
(envases).
¿Funciona el SIG?
Según ECOEMBES el sistema marcha
viento en popa. Pero algo está fallando en las cifras, en la transparencia y en
los datos. Cada cuatro o cinco años, Europa aumenta las exigencias en
materia de residuos, encontrando un gran obstáculo en la proliferación de los
envases ligeros. El modelo comercial del embalaje de un solo uso está
desbordando los sistemas de recuperación de envases y su posterior reciclaje.
Especialmente en las naciones que emplean el SIG como modelo.
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Envases de plástico en Los Ángeles (USA) |
Los países del norte y del centro
de la Unión Europea, gracias al SDDR, están resolviendo la avalancha de envases
con más soltura. En lugar de apelar a la concienciación ciudadana (lo que hace
el SIG), mete la mano en los bolsillos ciudadanos (lo que hace el SDDR),
obligando a depositar un aval por el envase, que se devuelve una vez consumido
el contenido para recuperar el aval o consigna.
Los resultados del SDDR son
evidentes. Con él, la media de recuperación y reciclado de envases de bebidas,
refrescos y cervezas supera el 80 % y llega
al 98,5 % en algunas ciudades. El USA, los 40 Estados que usan el SIG recuperan el
27,9 % de los envases (191 unidades por habitante y año). Los 10 Estados que
usan el SDDR recuperan el 71,6 % (490 envases por habitante y año).
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Alternativa al SIG en Pamplona (España). Un extraño remedo del SDDR que no acaba de aplicarse. La máquina experimental entrega un Punto por cada envase introducido. Reunidos 90 puntos, se consigue una entrada gratis para ir al cine.
Se comprueba que el SIG no debe funcionar tan bien como dice ECOEMBES. Si no, los ayuntamientos
no recurrirían a tonterías, como ésta máquina. |
Francia es nuestra guía en materia
de SIG, seguramente porque es la cuna de la gran distribución alimentaria y su
modelo está bien implantado en España. Si nos atenemos a Eurostad (4), Francia
recuperó y recicló, en 2010, el 86% de su papel-cartón, el 68% de su vidrio y tan
sólo el 25% de sus envases de plástico. En 2010, en el conjunto de la Unión
Europea se recuperaron y reciclaron el 32,6% de los envases de plástico. En
España, siempre según Eurostad, la cifra es similar a la francesa en envases de
plástico: el 25% recuperado y reciclado. ¿El resto? El 60% termina en
vertederos y el 15% restante esparcido por el territorio.
Si en el año 2005, según los datos
de ECOEMBES, en España se produjeron 66 millones de unidades de envases de todo
tipo y se calcula que la mitad esos envases son para agua, refrescos y cerveza,
el 25% de 33 millones son 8,25 millones de envases recuperados, pero deja casi
25 millones de botellas en el limbo. Para colmo, la
Unión Europea tiene como objetivo evitar que un sólo envase llegue a los
vertederos europeos en 2020. Ahora se abarca mejor el problema.
¿Quién paga el estropicio?
Sin duda, lo paga nuestro medio
ambiente. Si en 2020 seguimos llevando envases al vertedero, tendremos que
hacer frente a multas millonarias. Y no parece que estemos en el buen camino si
seguimos con el SIG. La respuesta sería implantar el SDDR. Bendita inocencia. Para implantar
el SDDR habría que contar con el sector de distribución, poco
dispuesto a ceder una parte de sus espacios como almacenes de envases. Están
mucho mejor en otro espacio gratis llamado “calle”. Además, habría que comprar
máquinas automáticas, contratar a miles de empleados y reeducar al ciudadano.
Pero hay un aspecto que afecta
a nuestros bolsillos. La LERE (Ley 10/1998) señala que quienes ponen en el
mercado productos generadores de envases “se
hacen cargo directamente de los residuos derivados de sus productos, o
participan en sistemas organizados de gestión de dichos residuos, o contribuyen
económicamente a los sistemas públicos de gestión de residuos de forma tal que
se cubren los costes atribuibles a la gestión de los mismos”.
Sin rodeos, la LERE señala que
los envases son un asunto privado que corresponde gestionar, al 100%, a las
empresas generadoras. Los Ayuntamientos no tienen por qué correr con los gastos
de su gestión y tampoco los ciudadanos. Por cierto, si Vd. es vecino de Madrid
¿Ya ha pagado su Tasa de Gestión de Residuos al Ayuntamiento?
(1) La
Agencia de Ecología Urbana de Barcelona es la entidad redactora de los Planes
Regionales de Residuos de Cataluña, Andalucía y Galicia.
(2) HORECA
(Hostelería, Restauración, Catering) – Makro
(3) Contenedores generalmente comprados por la administración pública o con financiación de
la Unión Europea, aunque de uso privado
(4) Eurostad
(Oficina Europea de estadística)