TRANSGÉNICOS
Todos somos cobayas
Le Nouvel Observateur "Las revelaciones de un estudio de científicos franceses" SI, LOS OGM SON VENENO |
Fue el 19 de septiembre. Hace 48
horas la revista norteamericana “Food and
chemical toxicity” publicaba los resultados del ensayo llevado a cabo
durante dos años por la Universidad de Caen (Francia). El equipo científico de
Dr. Gilles Eric Séralini había trabajado con doscientas ratas, alimentado a un
grupo de ellas con diversas dosis de maíz transgénico NK603 y con herbicida
Roundup, ambos de la firma Monsanto. El resultado eran demasiadas ratas
desarrollando espectaculares tumores mamarios y otras desgracias.
El día 20 de septiembre, la web
se ponía al rojo vivo con la noticia, publicada en portada por Le Nouvel Observateur. Hasta el ministro de agricultura de
Francia opinaba sobre la potencial peligrosidad de los OGM (Organismo
Genéticamente Modificado) en la agricultura. No era para menos, ya que era la
primera vez que se hacía una experiencia sobre OGM con mamíferos a tan largo
plazo (dos años representan 2/3 de la esperanza de vida de una rata de
laboratorio), mientras que ensayos similares se suelen hacer a tres meses
vista.
Una de las ratitas del ensayo muestra sus tumores |
La noticia sigue caliente y
empiezan a surgir voces autorizadas que minimizan los brutales resultados del
ensayo: como la elección de una raza de ratas propensas al cáncer y como dudas
sobre la objetividad del Dr. Séralini. La prueba ha sido financiada, entre
otros, por grandes cadenas de distribución de alimentos (Alcampo y Carrefour),
preocupadas (¡) por la presencia de OGM en
los alimentos alineados en sus estantes. ¿Un ensayo mediático? ¿Comercial y
poco científico?
Puede ser. El Dr. Séralini
presenta estos días su libro “Tous
cobayes!” (¡Todos cobayas!), en referencia a los OGM, los pesticidas y los
químicos presentes en nuestra vida diaria. El revuelo ha dado alas a
organizaciones y personas muy combativas frente a los transgénicos y otros
perturbadores endocrinos que menudean en nuestra comida, como los ftalatos o el
Bisfenilo A.
Portada del libro del director de ensayo que se publica, en estos días, en Francia |
Uno de los más activos es el
profesor biogenetista de la Universidad de París – Sud - Orsay, M. Christian
Vélot. En la noche del 20 de septiembre, la cadena franco-alemana ARTE emitía
un agitado debate dentro de su programa “28 minutos”. En esa media hora se pudieron
escuchar cosas como que los granos de maíz transgénico son “esponjas saturadas
de pesticidas”; que “es irresponsable diseminar OGM, muy mal evaluados, por
campos y platos”; que “la frase no existe
el veneno sino la dosis, no funciona con esos perturbadores endocrinos que
actúan a dosis muy bajas pero mantenidas en el tiempo. Las hormonas femeninas,
como las que imita el Bisfenilo A, ingeridas en mínimas y reiteradas dosis
provocan la menstruación en niñas de ocho años y aumentan el riesgo de sufrir
cáncer de mama al llegar a la edad adulta. Sin embargo, tomada en dosis altas,
como la píldora anticonceptiva, la detienen”.
Documental donde intervino, como asesor científico, el Dr. Séralini |
La polémica sobre los efectos de
los OGM en la salud humana se enconará un poco más. Pero esta no sería la única
acusación sobre una forma de agricultura que promete la “revolución” capaz de
terminar con el hambre. El caso de Malawi puede ser otro ejemplo de cómo el
maíz OGM altera profundamente a ciertas sociedades africanas. En Malawi, el 76%
de la población depende del maíz para alimentarse. La sequía y las hambrunas
del año 2006 impulsaron a Monsanto a regalar a los agricultores sus semillas
OGM resistentes a la falta de agua, obteniendo magníficas cosechas. Cuando los
agricultores intentaron resembrar granos guardados de la estación anterior, éstos
resultaron estériles (“estabilizados”) y tuvieron que regresar a Monsanto.
Ahora, los costes han aumentado y la necesidad en fertilizantes y agroquímicos se
ha disparado, endeudando a la nación. Son cautivos de Monsanto.
Campo de maiz transgénico |
La Unión Europea redujo en un 15%
la superficie de su territorio dedicada a especies agrarias OGM. Es el efecto
de la desconfianza que impera en la sociedad europea. Un recelo expoleado por
la opacidad reinante en organismos reguladores y defensores del consumidor que
deberían distinguirse por su independencia, como la EFSA (European Food Safety Authority). Pero su presidenta, la Sra. Diana
Bánáti, dimitió el pasado mes de mayo por sus relaciones con la industria
alimentaria y hay otros casos: el presidente del Grupo Científico de la EFSA,
el irlandés Mr. Albert Finn, mantiene lazos con la empresa Kraft; el miembro
del Consejo ejecutivo, Mr. Jiri Ruprich, se conecta con Danone; el Grupo de
trabajo de la EFSA cuenta con la presencia de D. Carlo Agostini, relacionado
con Nestlé, Danone y Heinz.
¿Y España? Pues España es la
nación con más superficie de toda la UE dedicada al cultivo de OGM. Eran unas
68.000 ha en 2011, lo que representa el 80% de todas las tierras con OGM de
Europa. Portugal es el segundo país, con poco menos de 5.000 ha.