TERMINA LA
TEMPORADA...
... y empieza la
fiesta
El pasado día 23 de julio,
estas páginas sobre las bellezas y desdichas del medio ambiente se tomaron unas
vacaciones. La última entrada se titulaba “Empieza la temporada”, recordando
las olas de calor que por entonces abrasaban a medio Reino de España y a media
Europa.
Con la llegada del otoño, los récords batidos entonces por el calentamiento global han quedado archivados. Las
noches frescas de septiembre han apagado las brasas y nuestros inefables
políticos, en nada perturbados por la evidencia del cambio climático , han seguido a lo suyo. Ahora están llegando las lluvias
torrenciales, sus muertos y sus destrozos, pero la atención sigue puesta en la política y sus corruptos.
Medio ambiente y políticos
corruptos e ignorantes. Medio ambiente y directivos avariciosos y tramposos. Aunque
pocos medios han escatimado información sobre el escándalo de los motores manipulados
por el Grupo Volkswagen, muy pocos han llegado al fondo de la cuestión. Al menos en
España.
¿Cómo y por qué se puede trucar
el software de unos motores para burlar las normativas y engañar a todo el
mundo durante tantos años? La respuesta es sencilla: se puede hacer porque el
sistema neoliberal así lo tiene organizado. Se puede hacer porque la Unión
Europea está controlada por y desde las corporaciones empresariales.
¡Pero existen una Directivas
que imponen inspecciones! Desde luego que existen. Sin embargo, quien debe
inspeccionar (la Comisión Europea y los Estados) ha desviado esta tarea hacia empresas privadas.
Como consecuencia, la Comisión Europea elabora Directivas ambientales que luego
son sistemáticamente incumplidas a causa de la desregulación práctica.
Hace diez años, los test y
pruebas de los motores diésel, para comprobar que cumplían con los límites
marcados por la Directiva Euro Oil, mostraban desviaciones de hasta un 10%
respecto de las emisiones reales en carretera y en un uso ordinario. La relajación
fue creciendo conforme las inútiles normas se hacían más exigentes. En 2010,
las pruebas oficiales se estaban ya desviando de la realidad hasta en un 40%.
Los fabricantes europeos,
incapaces de cumplir la normativa y aconsejados por laboratorios privados,
preparaban pruebas “ideales” sobre rodillos, con neumáticos inflados al límite
de la explosión, combustibles selectos y regímenes de motor fantasiosos. Cuando estas trampas dejaron
de dar resultado, sencillamente trucaron los motores.
Nadie en la Unión Europea supo
o quiso descubrir el engaño. Y mucho menos las autoridades. Las
mismas que siguen cerrando los ojos ante los pesticidas. Uno 48.000 ciudadanos europeos
siguen muriendo cada año por enfermedades cardiopulmonares directamente asociadas
a los gases contaminantes. Pero eso no es lo importante, sino vender muchos coches
y cobrar las ayudas concedidas en el Reino Unido, Francia o España a la venta de coches
equipados con motores maravillosamente manipulados.
No pasa nada. Los lobbies automovilísticos
se han puesto en marcha para calmar la tormenta y en el Reino de España han
encontrado amigos cariñosos. Directivos de Volkswagen viajaron hasta Madrid
para entrevistarse con uno de ellos y le convencieron de que la estafa en las
ayudas a la venta de coches menos contaminantes se refería a las emisiones de
CO2 y nada tenían que ver con sus marrullerías digitales e
informáticas.
De esta forma, los 700
millones de euros que la firma alemana podría tener que llegar a devolver al Estado
(a los españoles) ha quedado en pura sonrisa y apretones de manos. Al final,
cuatro directivos alemanes han sido cesados, posiblemente con espléndidos
retiros y palmadas de aliento en la espalda. Los recortes de Volkswagen
llegarán, sin duda, pero será en sus inversiones. Como siempre, la chapuza será
pagada por los de siempre: trabajadores despedidos y parados sin esperanza.
Medio ambiente y corrupción. Medio
ambiente y políticos ignorantes. Medio ambiente y ansia de bienes y poder. Mientras esa gente siga ahí nada podremos hacer por detener la
degradación de nuestras vidas y nuestro planeta. Una cosa es segura: la Tierra vivió
millones de años sin la especie humana y seguirá viva cuando nos haya extirpado
de su superficie. Una vez liberada de la brutal plaga de estúpidos humanos, necesitará
millones de año por delante para limpiar nuestro recuerdo. Quizá lo consiga.
NOTA ligada al medio ambiente y la protección de los animales
Un par de agencias
norteamericanas de ratting han
mostrado su descontento al Ayuntamiento de Madrid, al ser informados de que los
nuevos representantes, democráticamente elegidos no iban a renovar los contratos.
Un empleado de esas agencias llegó a comentar que la reciente decisión de
cortar la ayuda pública del Ayuntamiento a una escuela de tauromaquia, donde medio centenar largo de
personas aprende a mover un trapo rojo con gracia, clavar hierros y matar bovinos con una espada en
público, era una muy mala decisión.
A juicio de la Agencia de
Calificación norteamericana, el cierre de esta ayuda pública sería motivo suficiente
para bajar la nota al Ayuntamiento y así dificultar su financiación en los
mercados capitalistas. El empleado debió olvidar que su agencia mantuvo la más
alta y maravillosa de sus calificaciones (AAA+) a una corporación financiera llamada
Lehman Brother´s hasta minutos antes de que se derrumbara, arrastrando al
planeta a una crisis que aún mantiene a cuatro millones de españoles en el paro.
En
este interesante asunto sobre maltrato animal, una señora de derechas de toda
la vida, presidenta regional de un partido neoliberal, declaraba su enorme
malestar ante el cese de las ayudas públicas a esa escuela de toreros. La misma
señora, cuando gobernaba en Madrid, no dudó en cortar ayudas públicas a la
educación y la sanidad públicas, declarando que las subvenciones son cosas de
comunistas.