PESCA SOSTENIBLE
Cada vez más profunda y destructiva
Granadero de roca |
La Comisaria europea de Asuntos
Marítimos y Pesca, la griega Maria Damanaki, creía poder resistirse a los
lobbies y poderes fácticos que acosan la pesca europea. Pretendía, nada menos,
que prohibir el arrastre y las redes de enmalle de profundidad a partir de 2014 en aguas comunitarias (1). La respuesta a sus “insensatos” desvelos ha
sido la reciente autorización del Consejo Europeo de Pesca de aumentar los
cupos de captura de ciertos peces de profundidad.
Tres especies de los oscuros y
fríos fondos marinos, el Sable negro (Aphanopus
carbo), el Granadero de roca (Coryphaenoides
rupestris) y la Maruca azul (Molva
dypterygia) verán incrementadas sus cuotas de 2013 y 2014 entre un 40% y un
69%. En opinión del organismo científico que asesora a la Unión Europea en
materia de pesca, el CIEM (Consejo Internacional para la Exploración del Mar),
las poblaciones de estos peces, que viven entre los 400 y los 1.500 metros de
profundidad, están estupendamente y se les puede machacar un poco más.
La Maruca azul |
Lo molesto del asunto es que,
según informa la ONG Bloom Association,
uno de los científicos convencido de lo bien que están esas tres especies, está empleado en la
industria pesquera Scapêche, filial de la cadena francesa de supermercados InterMarché, especializada en pesca de profundidad (2). La defensa del
arrastre de profundidad protege a una pequeña flota europea,
cuyo mayor exponente son los 10 barcos de Scapêche. Una flota (y unos empresarios) que,
a su vez, recibe cuantiosas subvenciones europeas, calculadas en 10 millones de
euros, entre 1996 y 2008, usados para modernizar y construir nuevos y más potentes
buques.
Cuatro Sables negros |
El arrastre de profundidad,
además de arrasar los corales abisales y desplazar millones de toneladas de
sedimentos con los artes, es la respuesta insostenible de una parte del sector
industrial de la pesca: “Si tengo
problemas para pescar arriba, empiezo a pescar abajo”. Pero las especies
objetivo son, a juicio de la práctica totalidad de los científicos y biólogos marinos,
extremadamente frágiles, con lentos metabolismos que les permiten superar los
100 años de edad, crecimiento muy lento y reproducción problemática.
Un arrastrero de profundidad de la flota Scapêche |
Las pesquerías de profundidad son
una aberración. Son la antítesis de la sostenibilidad pesquera, sobre todo
cuando resulta probado y notorio el abuso de unas flotas que llegan a
multiplicar por 28 las cuotas permitidas (3). Además de los destrozos de los
artes al barrer los fondos y sus delicados ecosistemas, se cuentan más de 100 especies marinas atrapadas de forma accidental y accesoria, los que genera un
inadmisible descarte, formado por ejemplares y especies de elevada calidad ecológica.
La cadena InterMarché (Los Mosqueteros), tiene intereses en productos procedentes de pesquerías de profundidad en el Atlántico Noreste |
Otra de las absurdas facetas de
la pesca de profundidad es el extraordinario e inasumible coste en combustible
de buques forzosamente potentes, ya que tienen que arrastrar pesados artes a un
kilómetro o más de profundidad. La anormalidad económica solo se entiende
gracias a las subvenciones al gasóleo que disfruta la pesca. Subvenciones que
pagan los Estados y la Unión Europea, desbaratando las verdaderas cuentas del coste de
la energía primaria de los países.
Las capturas de profundidad en el
Atlántico Noreste se centran en una docena de especies. A las tres antes mencionadas se pueden añadir el Alfonsino o Pez Rey, el Reloj atlántico (Hoplostethus atlanticus – que vive entre
los 100 y los 1.500 metros), el fletán
negro o el brosmio (Brosme brosme).
Las Universidades de Hawai y de Washington clasifican al Sable negro y a la
Maruca azul como especies en peligro de extinción. Si Francia y Portugal disponen de una pequeña flota de profundidad, la de España es importante. Los centros de operaciones de estas pesquerías españolas están en el Atlántico Noreste y Noroeste, capturando Reloj, Fletán, Maruca, Rez Rey, Granadero y tiburones de fondo.
El Reloj atlántico puede llegar a alcanzar los 150 años de vida |
No es fácil que los consumidores lleguen a ver nunca estos peces enteros, ya que su extraño aspecto no invita al consumo. Pero se les encuentra en forma de filete congelado, empaquetados por empresas de distribución bajo nombres llenos de imaginación. Tampoco descubriremos el nombre científico de un pez en su embalaje (cosas del "marketing" tramposo), por lo que será complicado acertar en la compra. El pescado de profundidad, como sucede con la repugnante "panga", se utiliza profusamente en comedores colectivos (escuelas y menús de hoteles).
El consumo responsable aconseja no comprar estos peces y
conformarse con una deliciosa caballa, repleta de Omega 3, ridículamente barata, pescada cerca de nuestra costa por trabajadores artesanales y abundante casi todo el año.
(1)Modificación del Reglamento EC
nº 2347/2002
(2)Inter Marché dispone de 1.800
punto de venta en Francia y se extiende por casi toda Europa, incluida España y
su alianza estratégica con Eroski.
(3)Universidad de Santiago de
Compostela (España)