ESTO SIGUE Y SIN
REMEDIO
La revolución eléctrica
Tesla - 10 kW/h - 3.000 dólares - una semana de autonomía en tu hogar. Cargada con paneles solares |
Más de un mes sin hacer
aportaciones a este sencillo Blog. Demasiado tiempo, pero las políticas
ambientales siguen sometidas en Europa a una insoportable presión.
Especialmente patética es su situación en el Reino de España, donde la gestión
energética permanece atascada en la Edad Media. El violento freno a las
energías renovables sigue accionado, a la espera de un nuevo gobierno del que
poco puede esperarse.
Empecemos analizando brevemente
algunos acontecimientos recientes, relacionados con la generación de energía
eléctrica. El primero ha sucedido en Francia y ha costado la vida a un
trabajador.
Bure – Departamento de Meuse (Francia)
El día 26 de enero de 2016, un
inesperado deslizamiento de tierras mataba a un trabajador y hería a otro. El
hecho sucedía en las instalaciones que la Agencia Nacional de gestión de
residuos nucleares (ANDRA) lleva a cabo para construir un depósito subterráneo
a 500 metros de profundidad.
Este depósito sería susceptible
de recibir los residuos radioactivos de media y alta actividad generados por el
parque atómico francés (58 centrales), aliviando el depósito de La Hague
(Normandía). En las galerías, excavadas en terreno arcilloso impermeable, se
guardarían cilindros con plutonio y otros radionucléidos con una vida activa de
200.000 a 300.000 años y capaces de matar toda forma de vida en décimas de
segundo y en cantidades infinitesimales.
Las obras empezaron en el año
2000, con un presupuesto de 13.500 millones de euros. En 2015, el presupuesto
subió a 25.000 millones de euros. En la actualidad se espera que alcance los
36.000 millones. Se supone que los residuos allí almacenados deben permanecer
en terreno muy estable y no sufrir degradaciones por influencias exteriores
durante varias Eras Geológicas.
En consecuencia y tras los
primeros depósitos, proyectados para 2020, las galerías deberán mantenerse
vigiladas y abiertas durante al menos 100 años, para comprobar la evolución del
lugar. Para los siguientes 100 años no hay instrucciones. Para los siguientes
500 años tampoco. En 10.000 años es imposible saber qué pasará en Bure (Meuse).
Menos todavía dentro de 100.000 años.
El peligro se encuentra en los
posibles movimientos de tierra y la degradación del suelo, a causa de unos
residuos que calientan hasta 90º C el entorno durante milenios. Se ignora el efecto de la
radioactividad en las arcillas. El 26 de enero, todavía sin plutonio, cesio o
americio enterrados, el suelo profundo se movió y empezó a matar.
(Sin comentarios)
Villar de Cañas (Castilla - La Mancha), España
A instancias del Gobierno
regional de Castilla – La Mancha, las obras del Almacén Temporal Centralizado
(ATC) de residuos nucleares han sido paralizadas. El ATC, situado en la aldea
de Villar de Cañas, tenía un presupuesto inicial de 2.000 millones de euros.
La paralización significa que el
Reino de España seguirá pagando 65.000 euros diarios a Francia, a cambio de
guardar en sus instalaciones de La Hague, los residuos de alta y media
actividad generados y almacenados en la central hispano-francesa Vandellós Uno,
ahora clausurada y guardada en un cofre de hormigón. Cuando España tenga
funcionando dicho ATC, el 4% de esos residuos (media actividad) viajarán desde
Francia y le será devuelto el 90% de lo abonado hasta la fecha. Esto quiere
decir que, en todo caso, Francia se queda con 6.500 euros diarios.
La fecha del “alquiler” de La
Hague ha caducado a finales de 2015 y el ATC sigue sin funcionar. Para
prolongar el alquiler, España tiene que pagar a Francia otra fianza de 23,5 millones
de euros y seguir abonando los 65.000 euros diarios. El dinero lo paga ENRESA (Empresa
Nacional de Residuos Radioactivos), organismo público creado en 1984 por el
Parlamento de España. Su Consejo de Administración está formado por
funcionarios de la Administración Central del Estado.
Las funciones de ENRESA son pagar
a Francia, pagar la construcción del ATC y pagar el mantenimiento de El Cabril
(Córdoba), galería minera donde se guardan residuos nucleares de baja y media
actividad. Esos costes se financian (subsidian) en la factura de la luz de cada
usuario y son la válvula de escape de las empresas privadas eléctricas españolas.
A falta de ATC o similar, los
residuos de alta y media actividad generados por las siete centrales nucleares
que funcionan en España hoy día, son almacenados en las propias piscinas de
cada central. Como ya están a punto de llenarse, se insiste en prolongar la
vida de las centrales más obsoletas hasta los 40 años, con el consiguiente riesgo. No tanto para generar
electricidad, sino para servir de almacenamiento.
El retraso en el ATC lo pagamos
entre quienes utilizamos energía eléctrica, aunque detestemos su procedencia
nuclear y optemos por la inocua energía solar.
(Sin comentarios)
Leighton Buzzard (Reino Unido)
En unas semanas se pone en marcha la
planta de almacenamiento eléctrico de Leighton, con capacidad para guardar 6MW de energía eléctrica en baterías de Ion-Litio. En
marzo, se termina la central de Kilroot (Irlanda del Norte) para almacenar 10
MW de energía en baterías de Ion-Litio. En East Anglia se proyecta una planta
de 4MW de capacidad formada por baterías usadas de coches eléctricos.
Los sistemas de almacenamiento de
energía eléctrica son el futuro. En naciones que han apostado por las energías
renovables, almacenar resuelve el problema de su intermitencia. El National Grid del Reino Unido,
equivalente a Red Eléctrica Española, gasta 1.000 millones de libras al año en
equilibrar la red británica, encendiendo y/o pagando centrales según la
demanda.
El almacenamiento es
infinitamente más económico y más inmediato que el sistema actual. El estado de California,
consciente de esta realidad, proyecta disponer de 1.200 MW almacenados para
2020. Las grandes plantas de almacenamiento son una minucia si se compara con
la efectividad de un almacenamiento disperso.
Miles de hogares equipados con
baterías domésticas de Ion-Litio integradas en su circuito y accesibles a una
Red Nacional, como las Powerwall (Tesla) o las Maslow británicas, son el futuro
del sistema energético de las naciones. Aprovechando las horas de bajo consumo
y con el apoyo de una planta solar fotovoltáica en el tejado, las nuevas
baterías para hogar guardan entre 2 y 10 kW, suficientes para una semana de
autonomía, con un coste de compra en bajada constante (ahora cuestan unos 3.000 euros por
unidad)
Los coches eléctricos son otra
fuente de energía en momentos puntuales y garantía de seguridad en el suministro para una
nación, desde el momento en que su flota aumente. Un coche “todo” eléctrico
solo funciona el 90% del tiempo y pasa muchas horas conectado a la red para
recargarse. En el Reino Unido se planea contar con 300.000 automóviles
eléctricos en 2025, lo que representa una capacidad de almacenamiento de 4MW
(cuatro centrales nucleares) siempre conectada a la Red.
Madrid – España
El proyecto de tasar las baterías
para el hogar de Ion-Litio, que preparaba el Ministerio de Industria, Energía y
Turismo en 2015, pretende anular todo intento de asegurar el suministro de
energía eléctrica a los ciudadanos de forma continuada, independiente,
dispersa, segura ante atentados y económica.
La solución para la ciudadanía de
romper definitivamente con las corporaciones eléctricas, y pasar a abastecerse
de forma autónoma, gracias a la energía solar y las nuevas baterías, necesita la
salida del gobierno de quienes obedecen a las corporaciones eléctricas
privadas. Con el paso de los años, dotándose de políticos y administradores decentes
y con el abaratamiento de las baterías y los paneles gracias a la fabricación
masiva, cientos de miles de hogares españoles dispondrán de una energía
eléctrica prácticamente gratuita.
(que lo vean nuestros hijos)