LAS PENAS y ALEGRÍAS DEL MEDIO AMBIENTE, sus políticas y sus políticos.

sábado, 27 de octubre de 2012


MEDIO AMBIENTE URBANO
La degradación del graffiti


El de ayer fue un corto paseo por el centro elegante de Madrid. El barrio de Salamanca ha renovado aceras y mobiliario, por el suelo no hay el menor rastro de basuras y las escasas jardineras que campan en los cruces tienen flores. La ciudad mostraba ayer su cara limpia, capaz de rivalizar con los barrios comerciales más exclusivos de Paris o de Londres. Sin embargo, lo llamativo del paseo fue no ver una sola pintada, un solo graffiti, un solo tag o rúbrica en las paredes y en el mobiliario urbano.

Comparado con el sucio aspecto que ofrece la mayoría de las calles de Madrid, la pulcritud del barrio de Salamanca parecía un milagro. Pero no existen los milagros. La mayor autoridad de la ciudad reconocía que el ayuntamiento (perdón: los madrileños y sus impuestos) desembolsa un millón de euros al año para borrar las “pintadas” que ensucian la capital de España. Es una cifra importante aunque corta, comparada con lo que gasta París.

Limpiando un tag en Paris. Existen una página web y un nº de
teléfono para denunciar una pintada reciente. Las empresas de limpieza contratadas en París
tienen diez días de plazo para borrar la mancha. 

La capital de Francia utiliza 13,5 millones de euros en mantener limpias de pintadas sus calles (las más céntricas, se entiende) gracias al contrato de tres años (4,5 millones por año) suscrito con tres empresas independientes. En el año 2011, los operarios de esas tres empresas limpiaron 280.000 metros cuadrados de paredes y mobiliario, usando agua caliente a presión o productos químicos. Cuando la superficie vandalizada es porosa, como la piedra o el ladrillo, el daño suele ser irreversible.

¿Arte? Los hechos son de una gran vulgaridad. El 80% de las pintadas en Madrid son sencillos tags o firmas, de pequeño y mediano tamaño, perpetradas con rotuladores y pequeños aerosoles. Otro 15% son tags más elaborados y de gran tamaño, cubriendo muros y cierres acústicos, como los que bordean las autopistas de la capital. Tan sólo un 5% de las pintadas pueden ser consideradas como verdaderos “graffiti”, arte popular y de calle, expresión libre y desenfadada, murales y frescos urbanitas, modernidad colorista y ciudadana,… o cómo quieran llamarse. Pero la diferencia entre un “graffiti” artístico y una vulgar mancha de colores está en el permiso del propietario del soporte.

Tags en Madrid. Los garabatos se han convertido en un
símbolo de la decadencia urbana madrileña

Si no existe ese permiso, ¿es posible evitar o combatir la pintada? Todo es posible cuando existe voluntad política y consenso ciudadano. Aunque de momento, la batalla parece perdida ante la ineptitud ("decadencia", escribió recientemente un magistrado) de los políticos. La primera acción es represiva, estableciendo multas como las de París (entre 1.500 y 30.000 euros) o las de Madrid (entre 300 y 6.000 euros). Si se trata de un menor sorprendido en el acto, la multa debería recaer sobre los padres o tutores.


A fuerza de convivir con la miseria terminamos por no verla. Tags en el
centro de León 

La segunda acción es la venta regulada de los instrumentos. Se trataría de no exponer rotuladores y aerosoles a la vista del público en los comercios, prohibir la venta a menores y erradicar del mercado los rotuladores de gran espesor. La tercera acción es empresarial y económica, trasladando al comprador/usuario los abundantes costes de limpieza (cada rotulador a 350 euros la unidad). Estas dos acciones fueron planteadas en París (1992) y en Montreal (2006), sin lograr continuidad por razones poco claras. Son las acciones más eficientes, sin duda, pero deben molestar mucho a los señores fabricantes de material y a los señores que limpian fachadas.

La regulación en la venta de instrumentos (markers, rotuladores,
aerosoles) es un camino no suficientemente explorado para contener la suciedad

La cuarta acción es el suspiro profundo con los ojos vueltos al cielo, es la discreta resignación de una sociedad temblorosa, el rascarse el bolsillo para limpiar los mocos que nos van dejando por las paredes, bancos y farolas los adolescentes entre un SMS y un “Guasháp”. Una opción que beneficia a los barrios más bonitos, pero que deja en el abandono a los barrios períféricos, embadurnados y enguarrados por el rotulador gordo y el aerosol mini.

Porque el impacto visual de la pintada más común, el tag, es su carencia de arte, la ausencia de originalidad. Es una simple mancha encima de un bien público o privado. Es el resultado de una mediocre autoafirmación (la meada del perro en cada esquina). En la ciudadanía, los tags despiertan el sentimiento de barrio desatendido por los poderes públicos y sensación de impunidad. Tanta pintada degrada el espacio público, lo reduce a la condición de patio desvencijado, de sucia escalera interior, de aula de colegio saqueado, de fábrica abandonada con el suelo encharcado de meadas. Llegados a este punto la pintada se convierte en un fastidio.

Comercio adornado con tags en Alicante. Las esquinas
parecen ser buenos lugares donde dejar un tag. En la pared lo deja el humano,
mientras que en el poste de la señal, lo deja el chucho.

Termino traduciendo el fragmento de la carta abierta de un vecino de París a los “tageros” y grafiteros que ensucian su barriada de clase media, ahora empobrecida por la crisis.

“¿Por qué tú y tus amigos no os vais a pintar a los barrios elegantes? Lo que vosotros hacéis en nuestras calles es aumentar las miserias de la gente pobre, nos agredís con vuestros rotuladores. Otra vez, la policía y los jueces no son suficientemente severos con vosotros. No sois más que contaminadores de nuestra existencia

miércoles, 24 de octubre de 2012


CEREALES EN TRANSICIÓN
Feo porvenir


La cosecha de cereales del próximo invierno y del año 2013 serán cruciales. Desde 1974 no se recuerdan en Estados Unidos unos stocks de cereales tan mermados. En Rusia, hoy se almacena un 26,2 % menos de cereal que en las mismas fechas del año pasado. Hace 10 años, la humanidad guardaba en los graneros el cereal suficiente para aguantar más de 100 días. Actualmente, las reservas apenas duran 74.

El consumo mundial de cereal se ha multiplicado por seis  desde el año 2000 y las sequías del pasado verano no ayudan. A las malas cosechas americanas y rusas se añade la inseguridad del clima en el futuro y una especulación que hace explotar los precios. El descalabro del cereal se acentúa porque Europa destina el 65% de su producción de aceite vegetal a la fabricación de carburantes, mientras que Estados Unidos utiliza el 90% de su maíz como combustible. Eso quiere decir que los productos oleaginosos compiten con la comida y hacen subir los precios del cereal.

Áreas de cultivo de maíz que sufren sequía. Julio de 2012
Rayado en rojo, zonas de sequía. En verde oscuro, regiones de
intenso cultivo de maíz. En verde claro, regiones con menor superficie de cultivo.


El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (FAO) podría hacer algo para remediar la situación, estableciendo reservas estratégicas de alimentos que ayudasen a capear las malas cosechas. Pero Francia, Japón, Corea del Sur y España se oponen a la medida, argumentando que las reservas estratégicas fueron empleadas, en el pasado, para corromper, especular y como arma política entre naciones. No tenemos remedio.

Mientras tanto, la agricultura camina hacia la Transición y en Europa se reforma la Política Agraria Común (PAC) que será aplicada en el período 2014 - 2020. Los agricultores y ganaderos europeos reciben buena parte de las subvenciones si cumplen, ahora, una colección de Buenas Prácticas Ambientales. La anunciada reforma va a exigir más esfuerzo. Por ejemplo, que los agricultores cultiven al menos tres diferentes productos en sus tierras, que dejen zonas de pastos y humedales y que conserven amplios márgenes sin cultivar al borde de los cursos de agua. Pero la medida más conflictiva será la obligación de mantener el 7% de sus terrenos sin cultivar.

En cultivo de cereal, con grandes maquinarias, prefiere
 las planicies. Reducir en un 7% la superficie cultivable persigue
aumentar los rendimientos de las cosechas o, al menos, mantenerlos.

Algunos agricultores andan en pie de guerra por esta última medida que refuerza la Condicionalidad de las ayudas. Si no la cumplen, la pérdida económica será importante. Hay que tener en cuenta que en 2011 la PAC dio ayudas por valor de 42.000 millones de euros a los agricultores europeos. El 30% de esta fabulosa cantidad (el mayor capítulo del presupuesto comunitario) estaba “condicionada” por el cumplimiento de las Buenas Prácticas Ambientales.

Se preguntarán qué es lo que persigue la PAC con la anunciada reforma. Desde el punto de vista agrario, las medidas agroambientales buscan un mejor almacenamiento del agua en los suelos; mayor protección contra la erosión, menos fugas de nitrógeno cuando se abona al borde de cursos de agua y mayor superficie de abrigo para los llamados “auxiliares” de la agricultura: depredadores de plagas y polinizadores. De forma general, las medidas potenciarían la protección de la biodiversidad y el reverdecer de la agricultura europea.

Se podría decir que la reforma tiende hacia una agricultura más tradicional, más variada, ecológica, sostenible y enriquecedora del paisaje y de la cultura, en contraposición a una agricultura más industrial, extensiva y de monocultivo, destructora del paisaje tradicional europeo y necesitada de mucho fertilizante químico y abundantes pesticidas. Llegados a este momento, se impone una reflexión.

Cultivo de soja en las planicies de Argentina

Mientras que la demanda mundial de cereales crece, la Unión Europea desea reducir la superficie de su territorio apta para el cultivo. Cuando cada día que pasa se hace más necesario conservar la tierra, para producir alimentos en el futuro, en Europa y en España se ahogan las planicies y valles fértiles con urbanizaciones, aeropuertos, autopistas, polígonos industriales y zonas logísticas. Se ha abandonado la agricultura de montaña, mientras que las áreas de bosque y matorral se amplían.

Porque, entre tanto, hay que competir con China comprando cereales en los mercados internacionales. En 2010, Brasil recibió inversiones chinas para aumentar la producción de soja en el Estado de Goiás, con la intención de subir sus exportaciones a China desde los 2 millones de toneladas anuales hasta los 8 millones. En 2012, Ucrania ha recibido 3.000 millones de dólares en créditos de China, a cambio de venderle su maíz. Argentina lleva varios años cultivando soja destinada a China, aunque en este otoño las ventas flaqueen. Pero China sigue financiando la construcción de puertos y regadíos en el Cono Sur.


Un granelero chino carga soja en los muelles de Puerto Rosario (Argentina),
transformado en la más activa puerta de salida de los cereales del Cono Sur americano.
Decía una alta funcionaria del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de España que, en el fondo, el cerdo es un cereal. Lo mismo sucede con un muslo de pollo y con un rodaballo de acuicultura. Todos ellos son subproductos del cereal. Los chinos lo saben perfectamente y se están asegurando el suministro de esta materia prima a lo largo y ancho del planeta. Pero es un juego peligroso porque, como decía otro alto funcionario de Argentina, “los chinos tiene alternativas a la soja argentina, pero la soja argentina no tiene alternativas a los chinos”.

Empezamos con la sequía sufrida en Estados Unidos y la caída de su producción cerealista. Terminamos con los cereales y sus precios como factor estratégico de la economía internacional, capaz de desestabilizar sociedades, como las revueltas de 2008 por los precios del maíz, y de atizar revoluciones, como las del Mahgreb y Oriente Medio. La agricultura, y los efectos del cambio climático sobre las producciones, están empezando a protagonizar la seguridad nacional. Vamos a necesitar mucha tierra fértil y muchos agricultores capaces.

lunes, 22 de octubre de 2012


CAMBIO CLIMÁTICO
El imposible acuerdo


Un buen amigo, dedicado al complejo mundo de los seguros, me explicaba que las estadísticas, la acumulación de datos en series históricas, son elementos consubstanciales del negocio. Gracias a la estadística se pueden conocer la tipología, evolución, frecuencia y gravedad de los siniestros, calculándose las primas correspondientes a una póliza sin pillarse los dedos. Los datos son imprescindibles para las reaseguradoras, que actúan frente a grandes cataclismos que las empresas convencionales de seguros no pueden atender debidamente.

Munich Re, como potente reaseguradora alemana (1), se dedica a estudiar las catástrofes naturales en el mundo. Lo hace con detalle porque, a veces, tiene que aflojar la cartera ante inundaciones, sequías bíblicas o huracanes. Periódicamente, Munich Re elabora informes y coteja sus datos con Naciones Unidas. El que acaba de publicar hace unos días (17 de octubre de 2012) no tiene ninguna gracia.

Gráfica elaborada por la reaseguradora Munich Re sobre la incidencia de catástrofes naturales  climáticas en Estados Unidos, entre 1980 y 2010. En rojo, fenómenos geológicos (terremotos, volcanes, tsunamis). En verde, tormentas. En azul, inundaciones y movimiento de tierras. En amarillo, siniestros del clima (temperaturas extremas, sequías, incendios forestales)

En América del Norte está aumentando de forma alarmante el número y gravedad de las catástrofes climáticas, como olas de calor, sequías, huracanes, lluvias torrenciales, heladas y nevadas. Ya se sabe que América del Norte es un sub-continente de clima especialmente violento, pero lo que está pasando en los 30 últimos años se pasa de la raya. Según Munich Re, desde 1980, los siniestros de origen climático en Estados Unidos se han multiplicado por cinco. Casi el doble que en el resto de los continentes.

Las compañías aseguradoras no se dedican a hacer política y no se meten en elucubraciones. Sencillamente, toman nota de datos reales. Es lo que también hace el National Climatic Data Center , dependiente de la NOAA (National Oceanic and Atmosferic Administration – USA). De acuerdo con sus observaciones, el pasado mes de septiembre ha sido 0,67º C más cálido que la media de todos los septiembres del siglo XX, solamente igualado en record por el septiembre de 2005. Así se comprende la fuerte sequía norteamericana.

En Estados Unidos, el esperado dato de la NOAA ha encontrado respuesta en los sectores clima-escépticos, que aducen la creciente actividad solar. Efectivamente, el sol está aumentando el número y potencia de sus tormentas y se espera un pico en 2013 – 2014. Pero, en cualquier caso, ese clímax de actividad sería inferior al observado en el año 2000. La excusa se queda corta y no resuelve el problema: el verano 2012 ha sido el más cálido de la historia de los Estados Unidos desde que existen registros.

Los registros de datos climáticos atesorados por
la NCDC, son una herramienta para estudiar la evolución del clima

Quienes también siguen sin resolver nada son los países reunidos en Doha (Qatar) en la Conferencia sobre el clima de Naciones Unidas. Desde el 26 de septiembre hasta el 7 de diciembre, darán vueltas a su impotencia y se quedarán absortos mirándose las uñas enfrentados a tres bloqueos de tamaño considerable.
-      Bloqueo 1: los países desarrollados no quieren comprometerse con objetivos concretos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Así de claro.
-     Bloqueo 2: los países emergentes se plantan en el pasado y aducen que ellos no han contribuido, históricamente, a la actual concentración de gases de efecto invernadero. Que no les vengan ahora con historias.
-    Bloqueo 3: nadie se moja para desembolsar los 100.000 millones de dólares de los Fondos Verdes. Esos Fondos que llegarían hasta 2020 y servirían para ayudar a los países en desarrollo a limitar sus emisiones y adaptarse a los efectos del cambio climático. Que le pregunten a un campesino del Sahel si le gustaría un Sahara más lluvioso por culpa del cambio clmático. Seguro que le abraza y llora de felicidad sobre su hombro.


El audaz edificio de Doha que acoge la Conferencia del clima estos días

En consecuencia, la conferencia se encuentra sumida en coma profundo y resignada a esperar el nuevo informe científico que emita el Panel Intergubernamental (IPCC) en 2014 – 2015. Una vez en sus manos, lo mirarán con lupa y se sentarán a esperar a 2020 y buscar algo capaz de reemplazar al Protocolo de Kioto. ¿Y entre tanto? ¿Qué hacer en los próximos ocho años?

Solamente queda la acción civil. La movilización de la sociedad para reformar o sustituir un modelo socioeconómico con los días contados e inmovilizado por intereses espúreos. Sin embargo, serán las reiteradas y crecientes catástrofes las que forzarán el cambio, aunque solo sea para dejar de perder dinero con tanta inundación, tanta sequía y tanta indemnización. Las vidas parecen importar menos.

(1) Munich Reinsurance Co. Munchener Rückversicherungs Gesselschaft