GRANDES CENTROS
COMERCIALES
El progreso nos abruma
El Coto Grande |
Como pueden imaginar, este bosque
es una anomalía y un estorbo para las fuerzas del progreso. Hace tiempo que
esas fuerzas tienen puesto el ojo sobre este infecto monte que interrumpe el
civilizado paisaje de casitas, edificios, centros logísticos, vías urbanas e
interurbanas, tendidos energéticos y factorías. Hace años que alguien pensó en este bosque, oportunamente situado al mismo borde de una autopista de peaje, como el lugar perfecto donde levantar un Gran Centro Comercial y de Ocio.
Los promotores de este fantástico
avance para Vigo se llaman Eurofund
Investment. Son ingleses y ya han perpetrado otro proyecto comercial y de
ocio en España. Concretamente en Zaragoza, donde levantaron un Gran Centro
llamado “Puerto Venecia”. Lo de llamar “Venecia” a ese complejo obedece a la
existencia de charcas artificiales de agua en medio de los edificios
comerciales, lo que pone de manifiesto la tremenda imaginación de los
promotores, aunque bien podían haberlo llamado "Puerto Ebro" o "Puerto La Pilarica".
En Vigo, sobre 100.000 metros
cuadrados del bosque Coto Grande, Eurofund
Investment quiere levantar su segundo milagro. Pero esta vez proyecta instalar, como propina, una pista de nieve (para tirarse bolas) y un parque
acuático con olas, porque el mar queda demasiado lejos (a 7 kilómetros) y la Ría
de Vigo está demasiada contaminada como para remojarse en sus aguas.
Al tratarse de un “monte comunal”
no se puede vender fácilmente. Así que los gestores de esa “comunidad”, formada
por unos catorce caballeros presididos por el Sr. Rodríguez, están
dispuestos a ser expropiados de manera forzosa, aunque a cambio de unos
dineros. Lo importante en esta magnífica operación inmobiliaria es que las
cosas se hagan discretamente y que los setecientos (700) “comuneros” no se les alboroten demasiado.
Hace un par de días, el Sr.
Rodríguez convocó a los comuneros para proceder a una votación sobre el Gran Centro Comercial. La votación se haría a “mano alzada” y
con total transparencia, para poder identificar claramente a los enemigos del
progreso y después amonestarles por retrógados. Lo malo fue la inesperada bronca que se organizó dentro y fuera de la reuníón. Fue de tal calibre que el acto hubo de ser suspendido. La policía, siempre atenta al mantenimiento del orden establecido, arrestó a tres personas por agresión y desórdenes. La policía no procedió contra la junta Gestora, provocadora y organizadora intelectual del tumulto.
Para los promotores ingleses de este Gran
Centro Comercial, la oposición al progreso resulta incomprensible. Dicen que
crearán 3.000 puestos de trabajo y que el Centro atraerá a 3 millones de
personas al año procedentes de Galicia y del vecino Portugal. Habida cuenta
que Portugal está viviendo un apasionante momento de euforia económica, la
avalancha de hermanos portugueses millonarios sería imparable. Eso sin contar
con la propia Galicia, mundialmente conocida como un mercado consumista que rivaliza con Abu Dhabi, Reus y New York.
Los Centros Comerciales son lugares
incomprendidos. Aunque quiebran y languidecen en muchos lugares, no dejan de
ser la máxima expresión de un modo de vida que no debemos dejar escapar. Es la
manera de mantener la construcción y el ladrillo, como base de nuestra potente economía, y la forma de adecentar el territorio, demasiado lleno de árboles y hierbajos. Desde luego es el mejor sistema
de matar lentamente el pequeño y despreciable comercio tradicional. Es un método impecable
para promocionar el uso intensivo del coche privado, el consumo de petróleo y
las benditas emisiones de gases. Es la forma maravillosa de pasar una tarde con
los niños, en lugar de llevarlos a pasear al borde del asqueroso mar o al
interior de un horrible bosque. Es el emplazamiento perfecto donde colocar al
abuelo para que se distraiga y deje de gruñir en casa.
Paseo por el bosque de Coto Grande de grupos supuestamente opuestos al progreso. No se muestran sus rostros por exquisita prudencia. |
Conviene recordar, por último y para los que no se hayan enterado, que los Grandes Centros
Comerciales y de Ocio son catalizadores y dinamizadores de esas nuevas urbanizaciones y esos desarrollos
inmobiliarios que tanta prosperidad han dejado en España. Por descontado, se trata de piezas
clave del sistema de consumo y de transporte que, no lo olvidemos, mantienen el
pulso de esta feliz sociedad.