CAMBIO CLIMÁTICO
Desinversión
La posibilidad de que sea
imposible extraer y quemar todo el petróleo y el carbón existente en la Tierra,
puede crear una negra burbuja. Tras el informe publicado por el IPCC hace un
par de semanas (WG 2 – Yokohama), en el sentido de que no se podía seguir
cargando la atmósfera con más CO2 sin causar una catástrofe incontrolada, la
situación está evolucionando. En las últimas dos semanas han pasado cosas
interesantes.
Primero fueron el Banco de
Inglaterra y S&P, emitiendo un aviso sobre la posible “burbuja de carbono”
que representa el disponer de reservas mundiales de carbón y petróleo que nunca
deberían ser extraídas en su totalidad, lo que haría saltar por los aires el valor
contable y las acciones de empresas petroleras y mineras. Luego llegó Exxon Mobil,
informando que seguiría sacando el petróleo de sus reservas hasta la última
gota, aunque el mundo se desmorone. La petrolera explicaba que lo haría para no
frenar el crecimiento económico, sin precisar si se refería al suyo propio, al
estadounidense o al de Madagascar.
Central termoeléctrica de carbón en Alemania. El país más dependiente del carbón, junto con Polonia, es también el más comprometido socialmente con la Transición energética |
Después aparecieron noventa grandes y medianas empresas de seis naciones, incluyendo a BT (British Telecom), Shell, Acciona, Unilever
y EDF Energy, reclamando a los gobiernos medidas para no lanzar a la atmósfera más
de un trillón de toneladas de carbono al año (1.000.000.000.000), cifra que se
alcanzaría en 2040 si las cosas siguen igual (En 2012 se emitieron
545.000.000.000 toneladas). La procedencia de esas emisiones de carbono es: 21%
al quemar gas natural, 35% al quemar derivados de petróleo, básicamente en el
transporte, y el 44% al quemar carbón, fundamentalmente para generar
electricidad (Agencia Internacional de la Energía).
Quizá respetando esta límitación sería
posible no sobrepasar demasiado los +2º C de aumento de la temperatura media y evitar
la catástrofe global. Ayer mismo reaparecían las bromas y payasadas de los clima
– escépticos (Instituto Heartland – financiado por Koch Industries – petróleo,
fertilizantes, química,…) asegurando que el cambio climático puede ser
beneficioso para la humanidad porque a los guisantes y a otros vegetales les
encanta el CO2.
Nueva planta eólica en Holanda En 2014 se completará la planta de Noordoostpolder, compuesta de 48 aerogeneradores, con una potencia instalada de 144 MW |
Ahora se refuerza la llamada “desinversión”.
Organizaciones como 350.org invitan a que la ciudadanía se desprenda de sus ahorros
e inversiones en empresas del sector de las energías fósiles. Que vendan sus
acciones, que se deshagan de sus fondos de inversión si éstos incluyen
intereses petroleros o “carboneros”, que busquen otros sectores donde colocar
sus ahorros. El último en sumarse a esta iniciativa global ha sido la conservadora
Universidad de Harvard (USA). Con unos fondos cifrados en 24 mil millones de
euros, su consejo de gobierno anunciaba la renuncia a seguir invirtiendo en
empresas que extraigan y comercien con carbono.
Se han estado riendo de nosotros
durante décadas. Políticos embusteros y empresarios cínicos nos han abrumado
con sus apocalípticos mensajes de caos y de hambre si la sociedad renunciaba al
uso masivo del petróleo y el carbón. “¡Regresaremos a las cavernas!”, clamaban
sus asalariados por los medios de comunicación y por las tertulias. Pero la
realidad es muy otra.
Es sorprendentemente sencillo
conseguir que el 100% de nuestra energía proceda de fuentes renovables. Para
los equipos de investigación de la Universidad de Stanford (USA), se puede lograr
que el 100% de la energía estadounidense sea de origen renovable en 2030. Para
eso no es necesario un esfuerzo extraordinario en la economía mundial. Ese imposible
esfuerzo siempre fue la cantinela de las petroleras y sus apéndices (gobiernos).
Basta con abandonar las inauditas subvenciones gubernamentales a las energías
sucias, cerrar el grifo de las gigantescas inversiones en energía nuclear y en
nuevos yacimientos de petróleo, cada vez más caros de explotar, y dedicar el
dinero a impulsar las energías hidráulica, eólica y fotovoltaica.
IKEA busca la autosuficiencia energética de sus almacenes cubriendo los techos con fotovoltaicos |
No todas las empresas y
multinacionales son iguales. IKEA, sin negar su objetivo comercial, sigue un
camino diferente. En el año 2020, las 300 tiendas de la firma sueca repartidas
por el planeta tendrán los techos cubiertos de paneles fotovoltaicos. IKEA opera
14 campos eólicos propios levantados en seis países y con la energía producida
cubrirá el 100% de sus necesidades demostrando que una tienda barata de muebles
y “menaje del hogar” puede tener mucha más cabeza que ministerios y consejos de
administración.
El 55% del territorio federal de
Alemania se ha marcado objetivos de autosuficiencia energética a medio plazo,
recurriendo a fuentes eólicas y fotovoltaicas propias para desligarse
(parcialmente) de las multinacionales eléctricas. De momento, el país germano dispone
de 55 GW (Gigawatios) de potencia instalada procedente de fuentes renovables,
mientras que el Reino Unido llega a 37 GW. En Kenia, más de la mitad de la
población es autosuficiente en electricidad. Existen 3.000 ciudades y pueblos
en “Transición” por todo el mundo, equipados de sus propios medios de
generación eléctrica, familiares, municipales o asociativos. En
países del centro de Europa, algunos ayuntamientos han decidido “municipalizar”
el suministro de energía eléctrica para controlar los precios, combatir la
penuria energética de los más pobres y exigir la generación limpia.
El Reino de España, con una
geografía saturada de embalses y presas, con montañas y costas ventosas capaces
de hacer girar aerogeneradores sin descanso, con el 80% del territorio donde el
sol brilla incansable todo el año, con una absoluta dependencia energética
exterior, solamente tiene 25 GW de potencia instalada de origen nacional
renovable (20 GW de eólico, 4 GW de solar y menos de 1 GW de hidráulico). Estas
cifras muestran la ineptitud de la clase política y empresarial españolas de la
última década, incapaz de encaminar a la sociedad española hacia el futuro. Aún
se puede hacer peor, ya que el Reino da pasos hacia atrás al insistir en las
energías fósiles y el carbono (Baleares, Canarias, gas de Fracking), al tiempo
que asfixia con tasas e impuestos la energía fotovoltaica y la autosuficiencia
energética.
Barrio autosuficente en Friburgo, Alemania Para las autoridades y empresas eléctricas españolas, una pesadilla que habría que dinamitar o ahogar con fuertes impuestos. |
No hay que ser demasiado
espabilado para discernir que la sociedad se enfrenta a tres formidables
amenazas que empiezan a estallarnos en la cara: el cambio climático, la penuria
petrolera y la brutal desigualdad social. Sin embargo, esa sociedad no está tan
indefensa como parece y dispone de recursos para hacer frente a los retos.
La revolución energética, su
democratización, se ha puesto en marcha. En Alemania, en el año 2012 se
contaban más de 600 cooperativas energéticas de consumidores. Ese nuevo
corporativismo, como organización social alternativa, se abastece de alimentos mediante
cooperativas de consumo que dan de lado a las grandes cadenas de distribución y
sus venenos, adquiriendo productos de cercanía, biológicos y equitativos.
También llega a la banca, con ciudadanos que empiezan a prestarse dinero entre
ellos (crownfunding).
Hay otras buenas noticias. Una es
la extensión de una ética que se aparta del consumismo idiota, que desconfía de
ese imposible paradigma del crecimiento constante y que quiere vivir con más
sencillez y más pegado a la naturaleza. La debacle económica y la extendida
pobreza, no son ajenas a esta ética. La actual crisis socioeconómica tendría un
aspecto positivo: sería el fertilizante que ayudase a crear una sociedad
diferente… Empecemos a forjar esa sociedad desinvirtiendo nuestros ahorros del
mundo del carbono.
Hace unas horas, el WG 3 del IPCC, reunido en Berlín, ha emitido un nuevo informe destinado a quienes toman las decisiones (policemakers). Las reacciones están siendo profundas y los tiempos de la Transición se acercan a grandes pasos. El Reino de España debe empezar a ponerse las pilas y dar un vuelco a su política energética, de transporte y de planificación urbana. Veremos hasta donde son capaces de entender nuestros políticos y nuestra sopciedad el mundo que nos viene encima. Para España, la Transición es su única oportunidad de no verse relegada al nivel de Albania en menos de una generación.
Hace unas horas, el WG 3 del IPCC, reunido en Berlín, ha emitido un nuevo informe destinado a quienes toman las decisiones (policemakers). Las reacciones están siendo profundas y los tiempos de la Transición se acercan a grandes pasos. El Reino de España debe empezar a ponerse las pilas y dar un vuelco a su política energética, de transporte y de planificación urbana. Veremos hasta donde son capaces de entender nuestros políticos y nuestra sopciedad el mundo que nos viene encima. Para España, la Transición es su única oportunidad de no verse relegada al nivel de Albania en menos de una generación.
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