LAS PENAS y ALEGRÍAS DEL MEDIO AMBIENTE, sus políticas y sus políticos.

jueves, 10 de mayo de 2012


ECOLOGÍA Y SOCIEDAD
La sopa de plástico


No pasan dos días seguidos sin que los medios de comunicación nos torturen con malas noticias sobre nuestro planeta. Yo no sé si es que las cosas están realmente tan mal o que nos quieren amargar la existencia (¿más todavía?). Ayer, miércoles 9 de mayo, fue a costa de la sopa de plástico formada en esa zona de vientos (Gyre) colocada al norte del Océano Pacífico y que ocupa una extensión similar a la superficie de los Estados Unidos.

Por lo que se deduce de los informes, más que una masa ingente de botellas, retales de redes viejas o bolsas de polietileno, la sopa está formada por pequeñas fracciones de plásticos a la deriva, ocupando una columna de agua de 10 metros de espesor. Son trocitos de colorines, no más grandes que la uña del dedo meñique y aptos para ser ingeridos por aves marinas, tortugas y peces. Al final, los animales marinos que comen este “pasto” mueren atragantados, asfixiados o de hambre, por tener el estómago repleto de plástico estancado.

Localización de la zona ocupada por la sopa de plásticos

Ahora acaban de descubrir que esta sopa lleva viajeros. Al parecer, una araña marina denominada Halubates sericeus, ha encontrado en ella el hábitat perfecto. Tiene soporte para descansar en los plásticos flotantes y para depositar en ellos los huevos. Esos mismos plásticos se recubren de algas verdes, estimulando la proliferación del fitoplancton (microalgas) y proporcionando más comida a las arañitas.

La araña marina Halubates sericeus

Lo malo es que a las arañas les entusiasma el zooplancton, lo que incluye a larvitas y huevas de peces y crustáceos. A su vez, las arañas pueden ser pasto de depredadores todavía no localizados ni estudiados. La gigantesca sopa del Pacífico lleva camino de convertirse en un nuevo ecosistema integral, un experimento alquimista realizado en una gigantesco caldero con estos ingredientes: restos de hidrocarburos, plásticos triturados cuyas moléculas tóxicas terminan por incorporarse a las aguas del océano, alta temperatura y  radiación solar, más acidez del agua por la disolución en ella del excesivo CO2, insectos marinos oportunistas y sus derivadas. Creo que nadie se atreve a pronosticar el resultado final.

Una imagen de la sopa, donde aparecen los trozos más evidentes.

En el archipiélago de las Islas Hawai, la tierra habitada más cercana a la sopa, están preocupados por la avalancha de basura flotante que se les viene encima cada noche. La preocupación debería extenderse a toda la humanidad, ya que el Pacífico es el océano más grande del planeta y sus enfermedades terminarán por afectarnos.

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