NUESTRO VENENO DE
CADA DÍA
Ropa envenenada
Vestir de negro es elegante. Pero no con el negro grisáceo y pizarroso, sino con el negro azabache y brillante. Conseguir el negro más puro fue un reto para los pintores y tintoreros hasta que, en el siglo XVI, España lo encontró en las selvas del Yucatán, dentro del tronco del Palo del Tinte o Palo de Campeche. Desde ese momento, el negro de Campeche fue el color, exclusivo y caro, con el que vestir a reyes, nobles, sacerdotes, notarios y magistrados de media Europa. Luego llegaron los colorantes químicos, las anilinas, y el Palo cayó en desuso
El negro nunca dejó de estar de moda y se deja notar en la lencería íntima. Últimamente nos viene, y en grandes cantidades, desde el valle de Tirupur (India - Tamil Nadu).
Llega a Europa, dentro de miles de contenedores, en forma de ropa interior o como piezas
de tela para confeccionar una lencería llena de “glamour”.
El problema es que también trae un historial de dolor y está impregnada de veneno. Una desgracia achacable a la globalización, la
deslocalización y ansia de beneficios empresariales.
El centro urbano de Tirupur (Tamil Nadu) ¿Se han fijado en la longitud del tren que pasa por en medio de la ciudad? |
A comienzos de los años 1990, el
llamado Tirupur – Coinbatore Belt, en el suroeste de India, vio crecer la
industria textil y de los tintes. Cientos de fábricas brotaron en la comarca bañada por el río Noyyal para teñir
y confeccionar ropas destinadas a la exportación. Las grandes firmas europeas acudieron a Tirupur en busca de sus modelos, teñidos en los colores más brillantes y luminosos gracias al uso de colorantes azoicos, fuertemente
regulados o sencillamente prohibidos en la Unión Europea por su toxicidad
(Directiva 2002/61/CE).
Tejidos puestos a secar, tras en entintado, en una tintorería de Tirupur |
En algo más de una década, desde el año 2000, en el
valle de Tirupur se duplicaron los casos de cáncer, hasta el punto de justificar la
apertura del Erode Cancer Center (ciudad de Erode), donde se tratan los enfermos procedentes de
la industria textil de la comarca. El combinado de productos químicos, empleado
para blanquear el algodón y después teñir las ropas, es
siniestro: colorantes azoicos dispersibles, tricloroanilinas y dicloroanilinas,
lejías de sosa, formaldehídos, cloroformo, clorobenceno, metales pesados,
compuestos de cromo,… Los cánceres de pulmón, hígado, riñón y estómago tienen su claro origen en el diario contacto y aspiración de productos químicos agresivos y cancerígenos.
Vertido de tintes al río Noyyal a las afueras de Tirupur |
Pero la fina lencería negra que nos llega desde
Tirupur no destiñe. El negro intenso se lava cientos de veces sin merma de intensidad y los diseños desfilan por las pasarelas de Londres y París entre aclamaciones. Además, estas prendas son
imbatibles en precio y los venenos con los que se fabricaron y que, a menudo, permanecen entre sus fibras, no aparecen en el etiquetado. Esos tóxicos no solamente afectan a quienes trabajan en las tintorerías y
factorías hindúes, sino a los trabajadores de empresas importadoras y
distribuidoras europeas. También a los consumidores.
En su composición, los
“colorantes azoicos dispersibles” o “colorantes AZO” (*) incluyen en su
formulación la molécula N=N, propia de las aminas aromáticas. La molécula es
capaz de acumularse progresivamente y reaccionar en el interior del cuerpo
humano, penetrando a través de la sudoración y causando al consumidor o manipulador alergias, rojeces, hinchazón e irritación crónica, causa habitual de desarrollo de un cáncer. Pocas empresas se privan de surtirse en Tirupur, desde H&M hasta
ZARA, pasando por Primark y centenares de pequeñas empresas europeas de la moda que atraen a la gente
joven.
Una afirmación, repetida entre científicos y profesionales de la seguridad en el consumo resulta inquietante: tan solo el 1% de la ropa vendida en Europa no
es potencialmente peligrosa para la salud. ¿Braguitas o calzoncillos en color negro, con diseño sexi y Made in
India? No gracias.
(*) AZO y azoico proviene de la
voz francesa Azote, en español Nitrógeno (N)
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