LOS PLÁTANOS DE “MERCADONA”
Comercio a la valenciana
Una cadena de supermercados anglosajona acaba de dar una alegría a las Islas Canarias. Desde hace unos días,
todos los plátanos vendidos en los supermercados ASDA dejarán de llegar desde
América Central o el Caribe, porque serán canarios. Es la primera vez que una
nación europea, salvo España y Portugal, comercializa el plátano de Canarias.
La decisión de ASDA no ha sido sencilla porque han entrado en confrontación
razones sociales y razones ambientales, triunfando las últimas.
No se puede seguir explicando
el caso sin antes decir cuatro cosas acerca de esta fruta. Un simple plátano es
una joya tropical y energética, consumida por todas las culturas mundiales.
Aporta una media de 140 calorías, vitamina C y vitamina B6, potasio en
abundancia y fibra. Disfruta de un sólido envase natural, maravillosamente diseñado
por la naturaleza para salvaguardar la máxima higiene y ser fácil de eliminar
sin necesidad de herramientas. Además, no precisa de invernaderos, crece todo
el año, no pide tierras fértiles y se conserva largo tiempo. Sus únicos
inconvenientes son la gran distancia entre las zonas de producción y los
centros de consumo, sin contar con las multinacionales explotadoras, sobre todo
en América Central, y su feo historial de explotación y complicidad con golpistas y paramilitares.
Cosas de “Repúblicas Bananeras” y de las multinacionales norteamericanas como Chiquita (Colombia) y United Fruits Co. (Centroamérica).
El cultivo del plátano en Centroamérica tiene un historial de explotación laboral y golpismo que ahora trata de superar. |
Aunque en España no se
comprenda ni se divulgue, más allá de los Pirineos hay supermercados que se
preocupan por el origen de los productos que venden. Mientras que unas venden
caballo metido en las lasañas, panga amoniacal y peces de profundidad sobreexplotados,
otros se toman la molestia de averiguar
de dónde viene el aceite de palma de sus galletas y pone mercancías del
Comercio Justo en sus estantes. Es cierto que esas cadenas son minoritarias, que ASDA apenas
cuenta con 565 centros en el Reino Unido y que es una filial del gigante Walmart (10.700 centros
en 27 países y 2,2 millones empleados). Pero con el plátano ha tomado una decisión
chocante.
Tras un largo análisis, en
ASDA decidieron que los plátanos del Caribe y de Centroamérica
estaban demasiado lejos. Un racimo de bananas caribeñas tardaba 24 días en
llegar desde las plantaciones hasta los súper. 24 días consumiendo y emitiendo carbono
en un largo transporte frigorífico, con los plátanos “madurando” de manera
artificial en las bodegas de los buques o dentro de contenedores. La Huella
Ecológica y de Carbono era insoportable y su impacto no compensaba que los
frutos fueran objeto de Fairtrade (Comercio
Justo). Además, en el plátano americano había demasiado pesticida, bajos salarios y
conflictos indígenas.
La cadena ASDA ha decidido cambiar de proveedor de bananas, escogiendo en plátano de Canarias |
La decisión ha sido cambiar de
proveedor y escoger el plátano de Canarias, a solo 4 días de distancia, europeo,
más fresco y sabroso, madurado al sol por más tiempo, más dulce y de carne más
firme. Se reduce el coste ambiental del transporte y su huella ecológica,
manteniendo casi el mismo precio de venta al público. Las Islas Canarias, que cultivan
el banano de forma intensiva desde finales del siglo XIX (1880), son los centros de producción más locales y próximos.
Si los plátanos canarios no tuvieron antes aceptación en Europa fue por la escasa calidad de sus redes comerciales, la desunión entre productores isleños, la ignorancia del
consumidor que rechazaba las manchas negras tradicionales en la piel del plátano canario en su madurez, el
encono por comprar plátanos insípidos, perfectos de forma e industriales y, finalmente,por la insoportable presión de los lobbies bananeros
(Dole, Chiquita, Del Monte).
Uno de los buques Ro-Ro, especializados en el transporte de plátanos desde Canarias a la península. |
El argumento ambiental y de
sostenibilidad, esgrimido para dar este vuelco en el abastecimiento de plátanos,
puede hacer meditar a otras empresas distribuidoras europeas comprometidas con el medio ambiente y la sostenibilidad (Marks & Spencer). Solo falta que Canarias se ponga las
pilas y no aproveche la coyuntura para subir los precios y matar la iniciativa por culpa de la
idiotez y la ambición ("ansia puta", la llama mi querido cuñado).
Acudo a Mercadona para hacer
unas compras. Recorro el pasillo de la fruta y miro las etiquetas de los
plátanos. En un montón, bajo el rótulo “Recomendamos” hay plátanos de Camerún y de
Costa de Marfil. Otras veces, este mismo súper solo ofrece plátanos del Caribe,
aunque sin visible relación con el Comercio Justo. A un par de metros del
plátano extranjero veo y compro Plátanos de Canarias, diez céntimos más caros.
Comercio a la valenciana y compra responsable. Ellos proponen, pero tú escoges.
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