CAMBIO CLIMÁTICO - Doha
¿Glaciación a la vista?
Europa en la última glaciación |
Hace cuarenta años, en Providence (Rhode Island – Estados Unidos) se dio cita un selecto plantel internacional de paleoclimatólogos para debatir el tema candente del momento. ¿Se terminaba el actual período interglaciar y empezaba una nueva glaciación? (1)
La cuestión fue muy debatida
ya que, teniendo en cuenta la breve duración de anteriores períodos interglaciares
(unos 20.000 años), debíamos estar a punto de terminar el presente. De hecho,
algunos científicos aseguraban que llevábamos 6.000 años de retraso. No
obstante, en Providence llegaron a la conclusión de que la Tierra no abandonaría
la actual y templada fase interglaciar en los siguientes 25.000 años, para
entrar decididamente en otra Era del Hielo 30.000 años después. ¿En qué se
basaban para semejante y anormal predicción? Pues en el llamado “Baile astronómico del clima” .
Los paleoclimatólogos hacen
coincidir las Eras frías y cálidas de la Tierra con variaciones, fuertes o
débiles, en la excentricidad de la órbita terrestre. Para calcular dichas
variaciones se acude a los ciclos de Mylankovitch, repetidos periódicamente
cada 100.000 y cada 400.000 años. Según dichos ciclos, la Tierra no entrará en una excentricidad favorable a la glaciación
(fuerte desviación – menor insolación) hasta los próximos 18.000, 41.000 ó
64.000 años. Hay que tener en cuenta que en 1972 se estimaba el ciclo de las
glaciaciones atendiendo a causas exclusivamente astronómicas.
Años después, en la década de los 80´, comenzó el análisis de las muestras geológicas de hielo en Antártida y Groenlandia, con sus burbujas de aire fósil atrapadas y con su contenido en CO2. También se avanzó en el estudio geológico de los foraminíferos, perforando los suelos de los fondos abisales marinos. Los análisis mostraron que los períodos glaciares disfrutaron una atmósfera con una media de 180 ppm (partes por millón) de CO2, mientras que en los periodos interglaciares la media era de 280 ppm. La sorprendente correlación añadía una segunda variable a las causas y detonantes de las Eras glaciares. Ya no era únicamente un fenómeno astronómico, sino también geológico y con el CO2 como protagonista.
Quedaba expuesta una (aceptable)
razón para la caótica e inexacta aparición y duración de las sucesivas glaciaciones. En
la actualidad, la paleoclimatología prevé que la actual fase interglaciar se
prolongue por otros 50.000 años. Es una duración exagerada y anormal pero que
tiene dos explicaciones: no se dan las condiciones astronómicas y el CO2 aumenta en la atmósfera. Según
indicaba el premio Nobel Paul Krutzen, rebautizar la Era actual cambiando
Holoceno por Antropoceno tiene sentido, ya que el hombre se ha
convertido en una fuerza geológica. Una fuerza capaz de ampliar artificialmente
la duración del actual período interglaciar (2).
No podemos confiar en la
llegada de una glaciación que compense el efecto antropogénico sobre el clima.
Pero podemos alegrarnos del retraso, al conjurar un verdadero cataclismo para la especie humana. La población de las áreas más pobladas, instaladas en zonas templadas, tendría que concentrase en torno al
ecuador y no habría recursos para todos. Por fortuna, los gases de efecto
invernadero están ahí para retrasar los hielos,… por un tiempo. Aunque no muy
dilatado.
El análisis de fósiles de foraminíferos ofrece pistas sobre el CO2 presente en la atmósfera a lo largo de las Eras geológicas |
En unos 100 años se acabarán
el petróleo y el gas natural. En 500 ó 600 años se terminarán las reservas de
carbón. Con el final de las energías fósiles se cierra una etapa en la historia
de la humanidad. Habría que esperar otros 1.200 años para que el excedente de
CO2 en la atmósfera fuera absorbido por la biomasa, los carbonatos y los océanos.
A partir de ese momento, quedaría abierta la puerta para la siguiente
glaciación.
¿El cambio climático es una
bendición? Teóricamente sí, de no ser por los efectos colaterales que todos
conocemos. Sabemos lo que sucede cuando la atmósfera acapara 280 ppm de CO2, contenido habitual en periodos interglaciares. Pero ignoramos lo que puede
pasar con mayores niveles. Se han superado las 390 ppm y podemos alcanzar las 500 ppm
en pocas décadas. No hay registros. No hay experiencia. No sabemos lo que hay delante de nosotros. Solamente está el empeño de frenar
la carrera y ganar tiempo para pensar en el futuro de nuestros nietos y biznietos. Esa es
la verdadera razón de la reunión en Doha.
Solo quedaría extenderse en las implicaciones de la Cinta Transportadora (Circulación Termohalina oceánica) y en las consecuencias de su eventual ralentización como derivada de los efectos del cambio climático. Pero tema tan apasionante y complejo queda fuera de este artículo.
Hasta aquí, la ciencia. Fuera de ella existen otras opciones sumamente respetables.
Solo quedaría extenderse en las implicaciones de la Cinta Transportadora (Circulación Termohalina oceánica) y en las consecuencias de su eventual ralentización como derivada de los efectos del cambio climático. Pero tema tan apasionante y complejo queda fuera de este artículo.
Hasta aquí, la ciencia. Fuera de ella existen otras opciones sumamente respetables.
(1)Brown University. Noviembre
1972. Conferencia “The present
interglacial: how and when will it end?” (La presente era interglaciar: ¿como
y cuándo acabará? Trabajos posteriores sobre el asunto puede consultarse en la Universidad
Católica de Lovaina, Universidad de Utrech, Oficina del Proyecto Polar (OPP –
USA), NOAA e Instituto del Clima de Potsdam PIK (Alemania).
(2)Como fuerza geológica, la
humanidad causa más erosión a la Tierra que todos los ríos, lluvias, mares y
vientos del planeta.
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